~7~Voces

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Alex miraba horrorizado a Will tras haber escuchado tres simples palabras

—¿¡Ha-hablaste con ella!? ¿C-con Raquelle?

  Will puso los ojos en blanco y le dedicó una mirada fría.

—Sí, hablé con Raquelle, antes de que me lances uno de tus mejores sermones quiero decirte que reconozco que es bastante extraña, pero no es peligrosa ni tiene razones para temerle...

—Tiene problemas mentales, esa es razón suficiente y no se debe tratar gente como ella, puede perder el control en cualquer momento y...

  No pudo terminar ya que Will le propinó un golpe en la nuca haciendo que este casi soltara el control del videojuego que estaban jugando.

—¡Deja de ser imbécil! Realmente eres mayor en edad, pero no has madurado lo suficiente.

  Alex lo miró con odio mientras rozaba con la palma de su mano el lugar del golpe, estuvo a punto de contestarle algo peor, pero se calmó al ver como Will dejaba de prestarle atención.

—Yo solo quize advertirte, no me da buena espina que tengas contacto con ella, deberías guardar distancia, porque el día de mañana...

—El día de mañana...— Interrumpió el castaño —No existe, y no tiene caso pensar en eso.

—Ya comenzaste a hablar extraño.

  Will rodó los ojos de nuevo, se había comenzado a exasperar, así que trató de cambiar el tema.

                     ~~~~~

—Leí... Algo que me destrozó el corazón...

   Estas eran las palabras de Melody hacia su amiga Delfina quien escuchaba atentamente desde el otro lado de la línea.

—Yo... Lo negué, lo negué por tanto tiempo que no me dí cuenta de quien era mi hermana en realidad, es algo catastrófico para mí, p-por todo este tiempo ella ha sufrido, y yo ni siquiera me he tomado la molestia de preguntarle cómo se sentía, creí que era feliz...

  Una lágrima caminó por su mejilla derecha, sollozó un momento e hizo silencio para escuchar la voz de su amiga quien le preguntaba por Raquelle.

—Está en su habitación, sola... Está oscureciendo así que... Dijo que se prepararía para dormir... No he podido concentrarme en nada, es mi hermanita... Mi mejor amiga de toda la vida, mi compañía... D-desde los 5 años había sido diferente, «Mamá está conmigo» decía, y ahora que tiene 16 es la misma historia, ¡Escucha voces Delfina! Su sonrisa es falsa, tiene miedo, y lo peor es... Que no lo noté, creí que era algo normal y negué toda clase de teoría... Soy una estúpida...

Volvió a romper en llanto mientras Delfina trataba de darle palabras de aliento, luego de apagar el teléfono se dirigió a la habitación de su hermana y la vió dormida con su boca medio abierta, se veía tan inocente y tan cansada, cerró con fuerza sus ojos y se alejó de allí con una mano en el pecho, y la otra en el rostro.

Se puso ropa de noche y se recostó, pero no lograba conciliar el sueño, todo en su mente era Raquelle h aquel cuaderno con pequeñas frases que decían mejor que mil palabras el infierno que la joven vivía día a día en secreto.

–––––––Al dia siguiente––––––

Todo era monotonía, Raquelle tomó su desayuno, se vistió y salió a pasear como hace todas las mañanas, mientras tanto Will ese encontraba metido entre la pandilla de los que más lo habían odiado desde antes de graduarse, ahora se desquitarían ya que hacia mucho tiempo sin verlo, así que comenzaron a lanzarle insultos mientras él trataba de ignorarlos, hasta que no aguantó mas y se dió la vuelta.

—Oye Román, me estas gritando que soy un imbécil, mal nacido, bueno para nada por no ser capaz de decircelo al tipo que apararece en tu espejo todas las mañanas ¿verdad?

   El joven se quedó sin palabras, hasta que se hecho a reir mientras tomaba a Will de las solapas y lo estrellaba contra la pared mientras sacaba una pequeña cuchilla.

—Escucha cabrón, no toleraremos otra de tus bromas, así que o te arrodillas a pedir perdon, o te despides de tu cuello.

Lo que no sabía era que cierta chica extraña los escuchaba con atención.

—¿No lo harás? Ah, pobre mal nacido, no volverás a ver la luz del sol, de pide te de tu cuerpo de imbécil.

—Mal nacido, imbécil... ¿De quien hablas? ¿De tus hermanos?

El joven que aún tenía la cuchilla en la mano se volteó bruscamente hacia donde se encontraba la persona de la cual habia salido aquel comentario, se trataba de la chica joven y de ojos verdes que ahora sonreía burlonamente.

—Si sueltas a Will, tal vez no llame a la policía.

—Ja! Miren esto, el pobre niño miedoso tiene que tener a su novia para protegerlo.

  La sonrisa de Raquelle se expandió y sacó el teléfono para marcar el número de emergencias, mientras tanto Will casi lloraba del miedo que le causaba aquella situación, Román al ver que la joven iba en serio soltó a Will y miró al resto de la pandilla.

—Cambié de parecer, no quiero la cabeza del niño, quiero la cabeza de la chica.

  Dicho esto Roman empuñó su cuchilla y se dirigió hacia Raquelle quien en un rápido movimiento tomó con fuerza el brazo del joven con una mano y con la otra le quitó suavemente la navaja para amenazarlo, el chico tomó una mirada de temor.

—Solo te armas con esta pequeña navaja... Ahora ¿Que vas a hacer?

   Raquelle le puso al chico la navaja en el pecho.

Mátalo

—Mas vale que corras— Susurró y Roman palideció y se perdió entre la distancia seguido de sus cómplices, Raquelle lanzó la navaja al suelo y miró a Will

—¿Estas bien?

—¿Ibas a clavarle la navaja en el pecho?

  Raquelle rió nerviosa

Sonríe, que nadie lo sepa...

—Claro que no... No soy capaz de algo así, solo lo hice para provocarle miedo

—Yo... No puedo defenderme sólo, perdóname... Soy un estupido, casi muere a por mi cobardía, definitivamente eres más...

—Nadie es más que nadie, pero si juzgas a un pez por su habilidad trepando árboles, creerá que es un estúpido el resto de su vida, aunque sea el mejor nadador del mundo, eres muy bueno haciendo otras cosas... No debes sentirte estúpido por el hecho de ni saber manejar una navaja.

   Will la miró sorprendido al ver que sonreía dulcemente, recordando que durante el conflicto con Roman su sonrisa no se había borrado.

—¿Cómo lo haces?

—¿De qué hablas?

—Sonríes todo el tiempo ¿Como lo logras?

  Raquelle soltó una pequeña risa y se encogió de hombros.

Muy bien, buena chica...
         
***

Ojos De Esmeralda, Mente De PerlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora