Heaven

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Sumergió el pincel en su vaso de agua y lo removió hasta sacarle la pintura, haciendo que el incoloro del líquido se convirtiera en un azul cielo muy opaco. Ya todos se habían marchado en el club de artes, pero Taehyung decidió quedarse un poco más para acabar su cuadro, no faltaba mucho para la exposición de Otoño. La mayoría de sus compañeros usaba óleo, él prefería el acrílico; el trabajo resultante no era tan mágico y realista como el óleo, pero le gustaba porque no tenía tanto lío para mezclar los colores.

Aunque en realidad no sabía si lo hacía mal o si simplemente la pintura no era lo suyo. Eso es que no sabes mezclar en general, le había dicho su maestra cuando se inscribió a las clases, pero eso no le impidió seguir asistiendo. Tenía su manera de hacer las cosas, al diablo lo que le dijeran los demás.

A Taehyung le gustaba pintar de espaldas a los demás, mirando a la ventana. Podía ver mejor el índigo del cielo y el verdoso de los árboles, el punto exacto donde el sol iluminaba el verde de las hojas y podía captar el matiz rojo camuflado en ellas. Además, podía ver las canchas de la zona deportiva, donde Yoongi jugaba al básquet cuando acababa su jornada.

¿Por qué me pintas?

Oyó la voz del mayor y no pudo evitar sonreír. Sacó el pincel del agua, lo secó con un papel absorbente y mezcló blanco con amarillo y una pizca muy pequeña de negro, y volvió al lienzo, moviendo la muñeca para hacer trazos suaves. Quería que su cuadro quedara perfecto, sin ningún trazo defectuoso.

Yo no soy tan blanco.

Escuchó un pitido en la cancha y vio al entrenador regañando a tres chicos, seguramente por emocionarse demasiado y no jugar con más seriedad. Aquello le recordó su primer encuentro con Yoongi. No fue la mejor manera de conocerse, pero al menos charlaron hasta que se hizo muy tarde y habían regresado a casa juntos.

Taehyung llevaba enamorado de Yoongi desde que lo vio por primera vez, eso fue cuando él entró nuevo a la escuela, y desde entonces lo observaba a escondidas, porque era demasiado cobarde como para acercarse y demasiado tímido para dirigirle la palabra. Lo había observado en todos sus entrenamientos de baloncesto, se había memorizado su rutina y había aprendido a interpretar cada una de sus muecas y gestos. A veces creía que ya lo conocía al cien por ciento, pero eso sólo era la punta del iceberg. Entonces descubrió que desde el último piso de uno de los edificios de la escuela podía ver mejor los partidos de su amor platónico, así que se inscribió al club de artes.

Lo espió todas las tardes desde ahí, y lo había contemplado tanto tiempo, que empezó a convertirse en su modelo principal. La figura de todas sus pinturas. Porque, según Taehyung, Yoongi era más perfecto que cualquier persona. Era como ver a un ángel de personalidad terrible en la Tierra, porque tenía personalidad terrible, o así era como se mostraba siempre. Sin embargo, al menor le encantaba.

Otro pitido más y salió de sus cavilaciones para chequear cómo jugaban los chicos en la cancha, ninguno lo haría nunca mejor que Yoongi. Dio una mirada a su obra maestra y asintió satisfecho; ya tenía todo listo, sólo le faltaba pintar el cabello de su ángel. Agarró un nuevo pincel, con el que pintaba tonalidades oscuras, y mezcló cafés con amarillo, formando un color dulce, como miel, casi arequipe, y empezó a mecer el pincel sobre el lienzo cuidadosamente, como si realmente estuviera tocando el cabello de Yoongi.

A su mente llegó el recuerdo de la primera vez que habló con Yoongi. Aquel día se había quedado solo como ahora, terminando su pintura; había decidido esta vez pintar sobre madera, y sabía que en óleo quedaría mejor y no se secaría tan feo como el acrílico, pero siguió con su técnica.

No escuchó cuando la puerta se abrió y un joven castaño de cuerpo delgado entró en el aula, con su balón desgastado en las manos y su mochila negra a la espalda. Se había parado detrás del chico que estaba sentado a la ventana y se inclinó hacia él para ver por encima de su hombro lo que hacía. No pudo evitar sorprenderse... y ofenderse.

[BTS] HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora