Camino lentamente por el pasillo, debería hacerlo más rápido pero odio la clase que tengo ahora.
Observó a una pareja besándose en una de las esquinas más alejadas.
Me parecen conocidos.
Los miro con más cuidado.
No puedo creerlo.
Mi novio y la chica que supuestamente le caía mal.
Mi pecho se cierra y yo solo puedo mirarlos.
Ellos no se dan cuanta.
Trato de volver a caminar, necesito salir de ahí.
Llegó al fondo de la universidad donde está el edificio que corresponde a mi carrera, entró y le cuento todo a una de mis amigas que ya llegó a la sala.
Siento que todo pasa a mi alrededor pero yo solo puede pensar en el besándola.
Que imbécil.
De verdad lo odio.
La tristeza comienza a transformarse en rabia.
Siento que alguien se sienta a mi lado.
No puedo creerlo, como todos los días se sienta conmigo saluda a todo el mundo como si nada pasará.
Porque siempre termino con tipos así de imbéciles.
Contesto vagamente lo que me pregunta y sigo mirando a la pizarra.
Siento su risa.
La rabia sigue creciendo.
Mi amiga al lado toca mi mano y me trata de tranquilizar.
Porque no termina pronto la clase.
Mi celular vibra.
Entonces recuerdo que hoy tengo la seción para hacer un tatuaje en mi brazo.
La clase por fin termina,ordeno mis cosas con tranquilidad, me despido de mis amigos y salgo de la sala.
Vuelvo a pasar por el mismo lugar.
Me siento más tranquila pero siento algo que se va rompiendo poco a poco en mi interior.
Sólo quiero salir de aquí.
Llegó por fin al estudio y entró más seguro de lo que estaba antes.
- Esto no va a doler tanto como piensas - dice el tatuador mientras se acomada y termina de arreglar todo lo que necesita.
- Se que va a doler - lo miro con mi cara de pena.
Sigue tratando de darme apoyo mientras imprime el diseño del tatuaje en mi piel.
