La Apuesta

120 10 3
                                    

Busan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Busan. Otoño de 1812.


-El matrimonio es algo absurdo -dijo lord Choi alegremente-. No sé por qué los hombres tienen tanta prisa por casarse, todo es mucho más sencillo con una amante que no se entrometa en tu vida, sin reglas ni reproches, definitivamente ser libre es mejor.

-¿Y qué pasa con el heredero al título de conde? -preguntó Jonghyun, su mejor amigo que decía ser pariente lejano de la familia.- Para tener un hijo legítimo es necesario contraer matrimonio, no?

-Vamos, tengo dos hermanos menores impacientes por crecer, no habrá ningún problema. Así que ¿para qué me preocupo? que sean ellos quienes se amarren de por vida a una esposa, yo prefiero ser tan libre como un corsel. 

No consideró necesario añadir que la mala suerte que acompañaba a la mayoría de los matrimonios no lo animaba a querer casarse, tenía un gran temor a terminar como ese tipo de matrimonios fracasados en los que tarde o temprano uno de ambos terminaba siendo infiel o incluso en divorcio.
Normalmente casi no bebía, pero él y sus amigos se encontraban celebrando la boda de su gran amigo Lee JinKi, o como les gustaba llamarle, Onew, y su hermosa ahora esposa Luna de Lee.

-Todo el mundo se está casando estos días - continuó Minho mientras tomaba otro trago de soju, una bebida que solía evitar-. La temporada está siendo realmente fructífera. Mi hermana se casará en Navidad y pareciera como si preparáramos la coronación de una reina. No entiendo a qué viene tanto entusiasmo, seguro es contagioso... Pero yo no me contagiaré.

-¿Quieres apostarlo? -le propuso Jonghyun con una ladina sonrisa marcada en su rostro, pues le encantaban las apuestas y creía que podría ganar un buen dinero esta vez.

-Claro, ¿por qué no? Tengo la apuesta totalmente ganada, mi querido amigo.

-Muy bien. ¡Camarero! -gritó Jonghyun- Trae papel y una pluma... Rápido antes de que mi amigo cambie de idea.

-No voy a cambiar de idea -declaró Minho, mirándolo con una expresión divertida y victoriosa. Si Jonghyun creía que podía echarse para atrás, entonces realmente no lo conocía. 
Su desafiante amigo continuaba sonriéndole malicioso, como si hubiera tenido una clara visión de su futuro, segundos después el camarero llegó apurado con el encargo.

-Bueno -dijo Jonghyun tomando la pluma en sus manos y una hoja de papel para comenzar a escribir-. ¿Cuanto? ¿500,000 Won a que te casas antes de un año?

Minho no se sentía tan borracho como para arriesgar tal cantidad de dinero, ni aunque estuviera decidido a morir soltero, despues de todo, en un año podían pasar muchas cosas. Su padre podría exigirle que se buscara una esposa para recibir su herencia, y de hecho, ya se lo había insinuado.

-Vamos Minho, es hora de que sientes cabeza... El matrimonio es lo que hace falta para enderezar la vida de cualquier hombre, claro, de cualquiera menos la mía, pero tú sí que podrías. -argumentó Jonghyun de manera bromista tratando de persuadirlo para ganar esa apuesta-.

-Bah, creo que mi vida ya está bastante derecha -replicó él ligeramente. No quería iniciar algo que podría terminar en una pelea.- No estoy hecho de oro, perro. -Pronunció de manera seria y con voz grave.- Ni soy aficionado al juego.

-Pues ya es hora de que empieces -reclamó Jonghyun-. No te hagas el pobre, rana ojona. Todos sabemos que tu padre hizo una gran fortuna en China.

-Cierto, pero yo no soy mi padre. Que sean 250,000 Won. -no podía rechazar esa apuesta, no sería propio de un caballero... Mucho menos de un noble. O eso se obligaba a pensar para cubrir su ego y orgullo.

-300,000 Won. -dijo Jonghyun esperanzado. Por alguna razón inexpicable, pensaba que un hombre que presumía alegremente las virtudes de la soltería podía estar en peligro de perderla.

-250,000 Won o nada -insistió Minho testarudamente-. ¿Lo tomas o lo dejas?

-Bien bien, 250,000 Won entonces. 

Jonghyun redactó los términos de la apuesta, firmó el documento y se lo pasó a Minho para que también lo firmara. Luego los presentes garabatearon sus nombres como testigos.

-Si no te conociera bien, amigo mío, pensaría que no quieres casarte porque realmente no te gustan... Las mujeres -expresó Jonghyun con una sonrisa ladina y una ceja a medio alzar, mirando a Minho expectante y bromeando un poco con su borrachera.- Dime, te acostarías con un hombre alguna vez? uno de esos raros que parecen lindas florecillas con algo más bajo el vestido.

-Estás loco, -interrumpió de inmediato- nunca, jamás llegaría tan bajo, Jonghyun. Las mujeres ya me dan todo el placer que necesito. Me resultaría asqueroso si quiera pensar en estar de esa manera con un hombre. -añadió el conde apropiadamente, pues para él, un reconocido macho alfa, su orgullo y reputación era primordial, y no podía dejar que su amigo iniciara un chisme incierto sobre su vida privada-. 

-Está bien, está bien... Tu lista de mujeres caídas te respalda, ojón. -dijo burlón mientras guardaba el papel firmado en su bolsillo.- Listo. ¿Quién quiere ir a un Pub?

-Yo no. -respondió Minho, que ya había tenido suficiente de Jonghyun por una noche-. No podría llegar hasta allí -apoyó la cabeza en la mesa y fingió quedarse dormido. Pero no fue exactamente un sueño fingido, pues en más o menos una hora después el camarero lo despertó y le ayudó a salir a la calle, donde llamó a un coche para que lo llevara a su casa.
Tal vez era exagerado llamar ''Casa'' a la mansión de su padre en Busan, un lugar que Minho rara vez visitaba y donde nunca se sentía bien recibido.

Una vez allí se desplomó sobre su colchón y no se levantó hasta el medio día, justo cuando su criado lo llamó para recordarle que había prometido llevar a su hermana menor, Sulli, a Gimhae. Habían acordado una cita con el duque Choiza, el prometido de su hermanita  y quien acudiría junto a su anciana tía que quería conocer a su novia y al hermano de esta.
El criado le llevó el desayuno a la cama junto a un vaso de agua y una pastilla para la resaca , un trato digno de su ego. Minho se bebió la pastilla con una mueca de asco, pero el jugo y la comida aliviaron sus nauseas, diciéndose a sí mismo que no volvería a beber nunca más, pues ni siquiera recordaba como había llegado a casa.

Sintiéndose mucho mejor, decidió bajar y comenzar su día. A esas horas su padre no estaba en casa, y Sulli pronto estaría lista para ir a ver a Choiza. Mientras recorría la casa pensaba que sería agradable tener la mansión para él solo, poder disfrutar de una silenciosa mañana leyendo el periódico mientras bebía una taza de café y poder bostezar cuanto quisiera, sí, se merecía unas grandes vacaciones después de recorrer todas las propiedades de su padre en el norte de la ciudad, las cuales se encontraban en un estado horrible luego de estar abandonadas durante tanto tiempo.

Pero, cuando llegó al vestíbulo, justo al pie de la escalera, se encontró con la criatura más perfecta, fascinante y hermosa que había visto en su vida. Tenía el cabello largo y rojizo con destellos castaños, como alguna extraña joya extraída de las minas de Goseong. Su rostro era deliciosamente sensual, una nariz respingada y unos labios gruesos y apetitosos que Minho estuvo tentado a besarlos allí mismo. Era como una venus en miniatura, el tipo de mujer que siempre le había gustado.





Hasta aquí el capítulo uno, espero les haya gustado a pesar de ser corto nwn <3
Y perdonen mi edición apresurada jeje la próxima la haré mucho mejor <3

Velos de misterio (Yaoi Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora