Quiero; así inicio los días, las palabras, los sueños y cada uno de los argumentos. Quiero ser un príncipe y reinar en las sombras. Quiero una mano gigante que lo abarque todo. Quiero una capa roja y negra y un caballo para galopar. Quiero agitar las hojas de los libros que he leído y se produzca música. Quiero yo entonar aquí hoy una canción, y no con mi vos. Quiero que vengas y veas, escuches y sientas lo que quiero yo. Quiero alardear, contar de ti historias que no son y la gente se las crea como verídicas y abra la boca en señal de asombro. Quiero que todos te recuerden sin jamás haberte mirado a los ojos y sueñen con el tono de tu voz cuando ya te hayas ido y al final de cada texto quede entreabierto una historia más por contar. Quiero verte suspirar si lees, si sueñas, si las lágrimas se escapan y no puedes evitarlo, si recuerdas que alguna vez quise e intenté demostrarlo. Quiero irme y que vengas conmigo, que vayas a donde voy, que recuperes el aliento y despiertes empapada, que no vuelvas a ser la misma, que la ropa te quede chica, que ingieras en exceso pastillas y se te hinchen las pupilas, que si me miras veas un oasis, un suculento lugar para plantar semilla.