Nunca te enamores de Cameron Dallas.

37. Nada es lo que parece.

Lo veo por un microsegundo más antes de salir corriendo del lugar. ¡Es que joder la he cagado!. Lo único que pasa por mi mente mientras me siento en la acera sin importar que el vestido sea blanco, sin importar si el maravilloso maquillaje que me habían hecho se estaba arruinando por las lágrimas que empezaban a bajar por ambas mejillas. Trato de buscar millones de razones por las que el castaño no haya querido besarme y la más obvia y entendible es que soy demasiado común para él. Y lo entiendo esta acostumbrado que chicas con asombrosas curvas, senos casi al aire libre y un trasero del porte de Europa se le insinúen constantemente, y quizás por todas esas pequeñas acciones que él hacia creí que le podría gustar al menos un poco. Pero una vez más me he equivocado, y es que él peor error que pude haber cometido es haberme hecho tan amiga de él. Lo que menos quería era entrar de nuevo así que busqué entre mis contactos a Dante. Él me había comentado que si no tenia a nadie con quien irme él estaría dispuesto a llevarme regreso a casa. Al principio había descartado la idea pues pensé que Cameron me llevaría a casa como comúnmente lo estaba haciendo. Le timbré y rápidamente la voz masculina me contestó.

—¿Lisa?—Pregunta Dante confundido.—¿Tienes algún problema?.

—Y-yo—Suspiro.—¿Estás cerca? ¿T-tu puedes llevarme a casa?—Pregunto con alguna esperanza que su respuesta sea si.

—Estoy ahí en 5 minutos, pero con una condición—Responde.

—¿C-cuál?.

—Deberás contarme porque razón estas llorando.—Y no me deja responder más que cuelga.

¿Cómo carajos sabía que estaba llorando?. De seguro la voz de agripada fue la señal para que piense eso. No tardó nada , el gran auto se encontraba estacionado, él ya no tenía su uniforme de chofer ahora solo estaba con una camisa blanca con las mangas hasta la mitad del brazo y el típico pantalón negro. Subí rápidamente al auto, y mi corazón se rompió un poco más al ver como Cameron jamás me siguió. Si, tenia al menos una pequeña esperanza que el me detenga como en las típicas películas, pero esto no es "El país de las maravillas" Lisa Walker, esto es la fría y maldita realidad. Me abrocho el cinturón de seguridad y con un susurro saludo a Dante. Este chico es de más o menos 20 años, su cabello es negro y tiene unas cejas realmente inmensas y lo peor de todo es que las tiene jodidamente definidas, su tono de piel es de un lindo bronceado. Debo admitirlo es demasiado apuesto.

Solo trato de ver a la ventana mientras mi mente se encuentra en cualquier lugar del mundo. Mis pensamientos son interrumpidos por la voz de Dante.

—Bien ahora si explicame quien fue el desgraciado que arruino lo que debía ser una gran noche.—Dice viendo hacia el frente.

Doy un gran suspiro—Es una larga historia Dante ¿en verdad quieres escucharla?. Así lloramos juntos mientras comemos pizza. Porque lo único que puedo decir es que el amor es como un doloroso grano en el trasero.

Él ríe por mi respuesta y contesta.—Tengo tiempo y hay una pizzería cerca además estas de suerte mis oídos están recién limpiados así que te escucharé toda lo que queda de la  noche Lisa Walker.

Yo asiento con mi cabeza mientras el estaciona en una pequeña pizzería. Dante se baja del auto a comprar dos cajas de pizza y quizás una bebida. Mientras él realiza eso, me fijo en los mensajes de mi celular tenia 20 mensajes de Marie junto a ¡30 llamadas perdidas!, 5 mensajes de Alice, 10 de Dylan y 3 de Luke. Decido escribirle un mensaje a Marie para que esta le avise a los chicos que estoy bien.

"Lo siento demasiado por irme sin avisar, juro mañana contarte todo ahora realmente no deseo hablar del asunto. Dile al resto que los amo y que me dio indigestión por lo que me encuentro en casa, te amo perra. No llames porque no responderé😛" 11:46pm.