Prefacio
Peter Dreemurr era un niño muy ambicioso; siempre o, al menos, antes de que lo abandonaran, intentaba ser el mejor en todo. Los años que pasó con su familia biológica fueron los años más felices de su vida, jugaba con su hermana, preparaba tartas con su madre o plantaba y regaba con papá. Peter tenia unos hobbies un tanto peculiares pero a el le encantaba cocinar y plantar tanto como imaginarse historias.
Peter tenia una imaginación exquisita. Siempre escribía libros y tebeos de miles de aventuras. Su imaginación llegó a tal punto que, cuando solo tenia diez años, sus padres vacilaron en abandonar a su querido retoño. El pobre Peter estaba solo, cuando llegó a su casa después de la escuela, en su casa ya no quedaba nadie. Solo el vacío y Peter. El muchacho quedó llorando durante horas. Paro justo antes de coger un cuchillo y, con una risa macabra, clavarlo en su pecho con una fuerza sobrehumana.
Peter ya no vivía, era solo polvo en la aventura de la existencia, una mancha en el libro de la vida. Murió a manos de la desolación de su, si se podía llamar así, familia. Pero... ¿Qué pasaría ahora? Nuestro protagonista muere a la primera pagina y su familia no sufrirá por el, por el mero echo de que ya no la tenia. Ahora nuestra historia se acaba aquí, en el más acá. La muerte, la vida, que intrínseco enigma es la existencia. ¿Qué es la vida, qué es la muerte? Es solo una burda ilusión, una chabacana mentira. Una cortina de humo que esconde la realidad.
Cuando Peter despertó, si es que se puede despertar de la muerte, estaba tumbado sobre un lecho de flores amarillas. Eran idénticas a las que cultivaba con su padre y eso le llenaba de rabia y furia. Se levantó de su cama mortífera y, con ansias de saber donde estaba, se adentro hacia las ruinas que tenia delante. Entró en una amplia sala, era oscura y húmeda y, por un momento, pensó que le estaban observando. Salio pitando cuando pudo hacia adelante, la única salida (Sin contar por donde había despertado), pero, antes de entrar por el amplio arco; un esqueleto misterioso apareció delante de los ojos de Peter. El chico se asusto, pero no más que su compadre huesudo. El hombre esqueleto era bajo y de huesos anchos; lucía, sobre su redonda cabeza, una corona de oro macizo.
-¡Paps! -Gritó el esqueleto- ha caído el ultimo.
-Esto... h-ho... hola -Vociferó tímido Peter.
-Hola, niño, yo soy Sans. Rey del Underground.
-Under... ¿Qué?
-UN-DER-GRO-UND. Es el lugar donde te encuentras, niño.
-Yo... yo no soy de aquí... me llamo Peter, Peter Dreemurr.
-Di-di... dijiste... ¿Dreemurr? -Parecía que el colega se estaba alarmando.
-Si... Dije... Dreemurr, ese es mi apelli-
Antes de que en joven pudiese acabar su respuesta, una especie de robot cuadriculado se lanzó encima de Peter dejándolo, así, inconsciente.
Cuando Peter despertó estaba en una prisión, hacía calor y, picos y palas se oían a lo lejos. Como a unos treinta metros, el chisporroteo de llamas incandescentes y, más al este, el ruido de unos mineros. Sin duda, Peter no sabia donde estaba y, lastimosamente, lo ultimo que recordaba era haber caído a ese extraño lugar y la palabra "Underground" resonaba en su cabeza.
{No, no puede ser, ¿Dónde estoy?} {Estas aquí por tu culpa, eres estúpido, ¿Por qué te mataste?} {Yo... y-yo... yo no quería, papa mam-} {Papa... Mama... ¿Alguna vez los tuvimos?} {¡No digas eso, yo siempre los amare! Fuiste tu, fuiste tu quien nos mat-} {No serás capaz... en serio... te traigo hasta aquí y tu solo... solo me culpas... estúpido niño} {¡Cállate... Asriel! No eres real, eres solo una voz de mi cabeza...} {Si usted lo cree, me marcharé, señor Dreemu-}
-H-ho... h-ho-la... -Una especie de dinosaurio apareció, no parecía malvado, tenía una bata científica y hablaba tímidamente sin saber que había interrumpido el diálogo interior- s... soy Alphys. Nadie puede... n-na... nadie puede saber que he estado aquí...
-¿Quién eres? ¿Dónde estoy? Y... y tu ¿Por qué estas aquí?
-Son muchas preguntas, hijo. Soy Alphys, como dije. La directora de la excavación arqueológica de las minas de Hotland. Estas aquí encerrado porque el Rey S.D. Gaster descubrió que eras un... un...
-¿Un?
-U-un... un Dreemurr.
-S... si... ese es mi apellido ¿Hay algún problema? Como comprenderás no se donde estoy, soy un niño y estoy bastante perdido. No entiendo lo que esta pasando a mi alrededor -Peter comenzó a llorar desolado, Alphys se compareció de el y, con un cálido abrazo, la levanto la cara y le seco las lagrimas. La dinosaurio le llevo, a hurtadillas, fuera de la sala donde se encontraba, fuera, una red de excavaciones subterráneas. Estaba en las minas de Hotland. Alphys le llevo por la izquierda, después giró cuatro veces a la derecha y, finalmente, pasó por el túnel central. Era la casa de la científica, era una casa muy pobre, demasiado para pertenecer a un doctor.
-Pasa, pequeño -Anunció desde dentro del refugio, la reptil.
-S-s... s-si. Supongo... -Peter estaba asustado, no conocía a Alphys y desde pequeño los dinosaurios le dieron un poco de miedo. No sabía que quería su acompañante pero no tenia miedo a nada, ya no.
-Tranquilo, no muerdo. Yo también solía ser tan desconfiada. Era una miedosa y cobarde que se escondía detrás de un manto de mentiras. Pero ahora los tiempos han cambiado, han cambiado drásticamente.
-¿Si? ¿Qué pasó?
-Verás... conociste al Rey, ¿No?
-S-si... supongo... ¿Es el esqueleto, no?
-Si, el Rey Sans Dings Gaster... pues... bien, hace años... siete concretamente, todos los monstruos del subsuelo vivían felices. Pero... la familia real...
-¿Los hijos del Rey Sans?
-No... antes de que el Rey Sans fuera... "Rey" (Hace siete años) había otra familia real. Eran los... los...
-¿Los?
-Los... Dreemurr. Ellos eran los mas amables de todo el Underground. Toriel, la mujer, era una perfecta pastelera y Asgore, el papá, era un bota-
-Un... botánico...
-¿Cómo lo sabes, los conoces?
-E-e... esto es... digo... no, no los conozco, era solo un... ¿Pálpito?
-Bueno, sigamos. El padre de S.D. Gaster, Wind Dings Gaster, desapareció del espacio tiempo, de la línea temporal. Solo algunos como yo o S.D. Gaster sabíamos de su existencia.
-Y... si... si desapareció ¿Cómo el Rey y tu lo recordabais?
-Eso estuve investigando durante un tiempo, un "poder mayor" hacia que nosotros no pudiésemos olvidarlo tan fácilmente, pero si pasaba el suficiente tiempo, acabaríamos por borrarlo de nuestras mentes. Así que, arto de que mis cálculos no fructificaran; Sans, el viejo y amable Sans, comenzó a hacer cosas propias de un villano. Robó todo mi trabajo y emprendió una búsqueda por su cuen-
-¿Espera, me quieres decir, ósea, me estas diciendo seriamente que el padre de el esqueleto desapareció del "espacio tiempo"? ¿Eso es... posible?
-Si, en parte yo también pensé que era imposible. Pero, cayó al Núcleo. El Núcleo es el que alimenta de energía a todo el Underground, el es quien lo creó. El es quien cayó en su propia creación. El es el que... el es el... el... el -Alphys comenzó a llorar como un pequeño bebé. Estaba asustada, recordaba a su viejo amigo, a su mentor. Y veía que a su alrededor solo había maldad y traición. Sans ya no era el que era antes de que le coronaran.
-Tranquila... no... no pasa... ¿Nada?
-Yo... es que... bueno, eso es otra historia. Digamos que Gaster cayó al Núcleo y su cuerpo recolectó tanta energía que llegó a... "desaparecer" y su cuerpo no se ha vuelto ha encontrar, su cadáver esta perdido por la inmensidad del Núcleo. Un científico, un rey. Caído en su propia construcción. No... no logro llegar a entenderlo ni mínimamente.
-Bueno... tranquila -El joven relajó a su amiga pero no entendía al completo todo lo que ella le quería transmitir. Había un "doble sentido" que a el se le escapaba.