Capítulo 2. Diario

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A la mierda, todo esto. Ahora que esta en mis manos podría leerlo, total no tengo mas que hacer, he destruido lo que  he podido de la lúgubre habitación, tendrá una grata sorpresa si es que algún día se digna en venir.

-Joven Erick, ¿aun sigue ahí, está todo bien? por favor responda!- la voz de Ariana a través de la puerta me llevo de nuevo a la realidad de donde mis pensamientos estaban acerca del diario que sostengo en mis manos sentado sobre la cama de Elizabeth. 

-jaajjaja, ¿a dónde crees que podría ir nana?, al menos que el armario de Elizabeth me lleve a Narnia-  contesto divertido, aveces Ariana dice cosas que simplemente me divierte. 

Un suspiro, un suspiro, al recordar los días en los que me divertía con Elizabeth, eran una pasada y  otra vez me dejo llevar por la nostalgia, lanzo un libro que estaba en el suelo directamente al espejo, para evitar ese sentimiento, este de inmediato se rompe aunque la mayor parte de este se queda intacto alguno pedazos cayeron, por lo que tomo uno de ellos y me corto una parte del brazo.

Me gusta sentir la sensación de un corte en mi piel, al hacerlo olvido los sentimientos y solo puedo sentir el dolor físico, mas no emocional. Saco un porro para fumármelo mientras me siento otra vez en la cama. Mi herida sangra pero me da igual si la habitación queda con manchas de sangre. Ariana lo limpiara antes de que llegue Elizabeth.

- Joven Erick, por favor abra y evite fumar en la habitación de su madre, sabe que le molesta que haga eso- grita otra vez Ariana.

-  Y una mierda, estoy arto de todo- grito otra vez molesto. Me dirijo a la puerta y abro de un tirón.

Ariana luce sorprendida y algo asustada, lo que me causa gracia, es inevitable, no puedo estar molesto con ella, jamas le haría daño, ha cuidado de mi desde que tengo uso de razón. La rodeo para evitar empujarla al salir de ahí, la miro de soslayo sin decir nada cuando me alejo hacia el piso de abajo, hace una mueca de asco al oler el porro que estoy fumando, tarda un minuto en reaccionar y sigue a pasos rápidos detrás de mi. Me alcanza cuando ya estamos en el recibidor de la planta baja.

- Erick, es suficiente! detente, arroja esa cosa y...- generalmente no me tutea, pero lo hace cuando está en plan de "hazme caso o le diré a tu madre" detuvo su advertencia al observar lo que llevo en mi otra mano, achica los ojos para tratar de ver lo que es. Luce sorprendida y horrorizada.

- ooh si, es lo que estas pensando- le digo antes de que abra la boca para afirmar lo que tengo en la mano,  la observo con malicia y sigo mi camino.

-No. detente. ahora, lo que vas a hacer, o si lo lees, no habrá un paso atrás, por tu bien, no lo hagas- me dijo, y al hacerlo me detuve, su mirada estaba sin ninguna expresión, jamas la había visto así, hasta me dio un escalofrío al escucharla decir eso.

-¿Así que... esta nota, está muy fuerte?, a que si- le conteste aun mas retador que ella sosteniendo el diario frente a mi nana.

Ariana es una mujer con edad sobre los 50, bajita y algo regordeta, no pudo alcanzarlo cuando intento quitármelo de las manos.

-Adiós. Me divertiré con esto- fue lo último que  dije antes de avanzar hacia la puerta principal para salir.

Bajo las escaleras de la entrada para dirigirme a mi auto, arrojo el dichoso diario al asiento de atrás y me subo en este, arranco el auto sin detenerme a voltear.

Respiro profundo al salir a la carretera el viento que entra por las ventanas me relaja, no quiero pensar mas allá de lo hoy sucedido, es decir, faltó a la entrega de diplomas en el instituto, pensé que al ser yo el que daba el estúpido discurso de fiscalización por ser el mejor del insti, vendría , sin embargo me equivoque, nunca llegó. Prefiero fumarme otro porro y poner mi playlist. Artic monkey comienza a sonar.

DECISIONES_ELIZABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora