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Desde la era del capitalismo global ortodoxo la democracia se vió mermada y perdió su significado, los pueblos fueron llevados al extremo pero no se rebelaron. A pesar de ello, estas organizaciones se percataron de que no podían seguir creciendo por aquellos límites físicos de los que tanto les habían advertido.

La mercadotecnia ya seguía leyes imbatibles, podían hacer que la gente muriese por comprar un producto, pero se dieron cuenta de que si seguían por ese camino perderían mercado y no podrían crecer por lo que se creó un gobierno postdemocrático mundial mantenido por ellas y que aunaría esfuerzos y capital en los grandes proyectos de colonización, camuflada entre tribunales religiosos.

Por qué la gente apoyaba más a la religión que a la colonización? Bien, el fundamento del consumismo salvaje es hacer que los demás proyecten sus problemas en la ausencia de un producto y esto es más fácil cuan más superficial puedan ser los pensamientos de una persona. La receta para lograr que ese pensamiento sea el mayoritario se llama educación, una educación "acotada". Desde que las grandes empresas dividieron Internet y comenzaron a competir con los estados por la educación, sus condiciones resultaron inalcanzables para el modelo público y en poco tiempo toda la educación era privada y, bajo las leyes dictadas por sus lobbies, se fue viendo simplificada con los años hasta el punto de crear engranajes perfectos. Bajo este escenario fue inevitable una pandemia de fanatismos y misticismos que provocó que los grandes problemas quedasen nublados de emociones irracionales, por esto la ciencia era vista como un sumidero de dinero mientras que las religiones eran vistas como eso que hace falta para entender el mundo.

Antes la solución a los problemas de la mayoría pasaba por la expansión colonial pero no interesaba a los grandes inversores cortoplacistas, ahora la situación se ha invertido e irónicamente precisa de la misma solución: aunque el pueblo no quiera colonizaremos.

Caída LibreWhere stories live. Discover now