Harleen, Harleen Quinzeel es mi nombre. Es raro, pero mi familia de por sí es extraña. Somos cinco, mi papá, mi mama, mi hermano Emiliano y mi hermana de tres años Esmeralda.
Somos bastante unidos, aunque tenemos esas típicas peleas familiares. No somos la familia perfecta y agradezco eso completamente.
No tengo mejor amigo/a. Hoy en día la gente es traicionera e hipócrita y no quisiera lidiar con eso. Porque cuando me enojo, aguanto, aguanto, pero si explotó, explotó de verdad.
Me da muchísima paja ir a la escuela, veo los estudios como algo innecesario, aunque se que en el fondo sin importantes.
Hoy estaba en la escuela y veo que se acerca Celeste, una amiga.-Hola Leen- No se porque me dijo así, suele llamarme Quin, por mi apellido.
-Hola, porque Leen??-
-Por Harleen, no te gusta??-
-No me desagrada, me parece extraño.
-Y como van las cosas con Lautaro??.A Cele le encantaba joderme con Lautaro, pero el a mi no me gusta en absoluto. Dice que miento, pero hablo muy en serio, Lautaro me parece patético. En general, los hombres me parecen patéticos, aunque no soy lesbiana, pero si se me cruza otro imbécil, le abrió las puertas a la homosexualidad.
Estaba pensando en todo esto en Biología, ya que me parecía la clase más aburrida de todas, y al parecer el profesor se dio cuenta.
-Señorita Quinzeel??- El profesor me miró con cara de reproche. Puse mis ojos en blanco disimuladamente y vi a Lautaro ahogando una carcajada. Le dedique una mirada de desprecio.-Señorita Quinzeel!!- Pegue un salto, me asuste un poco- Que acabo de decir??.
-Tiene memoria a corto plazo profe??- Yo suelo ser muy impulsiva, pero instantáneamente me arrepentí de lo que había dicho, sin embargo fue graciosa la carcajada de todo el grado.
-Hagame el favor y retirese a la oficina del director hasta que suene la campana.Rodé mis ojos, agarre mi mochila y sali. Un alumno responsable, o cualquier alumno, se hubiera dirigido derecho a la oficina del director, pero a mi me imitaba poco y nada, así que fui y me escondi en el último baño de chicas. Los baños eran estrechos y las paredes entre cada uno eran bastante estrechas. Me quede un rato con el celular hasta que escuche pasos. Me agache para ver por el espacio entre el piso y la puerta, era Josefina, la más bichos del aula. Maldeci para mis adentros, TODAS las chicas, excepto Viviana Medina, iban al último baño, era el más limpio, y seguro que José, que por cierto me cae muy mal, iría. Sus pasos se acercaban y no sabía que hacer.
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Hola a todos los que me lean. Esta novela, aviso, tiene un lenguaje un poco vulgar y si son de otros países avisen que palabras no entienden y yo les digo que significan. Disfruten :-)