Capítulo 24

380 57 52
                                    


— ¡Mark! ¡Qué casualidad encontrarte aquí! —exclamó Wade, visiblemente feliz por haberse topado con su buen y viejo amigo.

—No es tanta casualidad si se trata del único mercado abierto a estas horas —trató de parecer gracioso, como siempre. Se dio pena a sí mismo con el intento fallido de "diversión" en su voz, que terminó siendo muy malo y de poca credibilidad.

—Oye, ¿qué hay con esa cara larga? —las sospechas de que algo no iba bien eran muy obvias, inclusive para Wade.

—Nada.

—Bueno... ¡Oh! Esto me recuerda a que hoy queríamos ir a tu casa con Bob.

"Demonios" fue lo único que Mark alcanzó a pensar.

—N-No va a ser posible —respondió. La fila no avanzaba.

— ¿Por qué, exactamente?

—Mira, Wade, yo... Yo no estaré en casa durante unos días.

— ¿Qué? ¿Y eso? —esperaba más preguntas de su parte. Obviamente, llegó la indicada—. ¿Qué sucederá con Jack?

—Wade, demonios, ¡SE FUE TODO A LA MIERDA!

Tenía sueño, estaba enfermo y nervioso; todo el combo necesario para hacer que explotara en el momento menos indicado.

Dejando los productos que pretendía comprar, cosa que ya no sería posible, Mark se fue al exterior del local, ignorando los constantes "¡Mark, espérame!" a sus espaldas.

Con pesadez, se sentó en el cordón de la calle. No paso mucho para que oyera los pasos de su amigo rumbo a él. Se preparó para la oleada de preguntas que no respondería.

Pero, extrañamente, las preguntas nunca llegaron.

—No te diré que me lo cuentes ahora pero —Wade se colocó en cuclillas a su lado, inclinándose hacia delante para poder verle el rostro— ¿necesitas ayuda de algún tipo? Sabes que Bob y yo estamos dispuestos a darte una mano.

Mark, sin contestar, sollozo solo un poquito. Lo mínimo y necesario para poder seguir adelante.

—No quiero serles una carga, chicos. Ustedes vinieron a disfrutar de la ciudad; no a cuidar de un idiota.

—Vamos, ese no es el Mark que suele decirse idiota a sí mismo en broma. Estamos aquí para ti como tú estuviste para nosotros siempre. No te dejaremos en esta.

El hawaiano finalmente obtuvo las fuerzas necesarias para mirarlo a los ojos. Pronto, ambos sonreían.

—Ven, vamos a comprar eso que necesitabas y largarnos de aquí.

--

Ese mismo día, Bob también se apareció por el apartamento del humilde hotel. Wade ya le había contado gran parte de la historia por teléfono, haciendo más corta la introducción.

Los dos invitados estaban sentados en el sofá, y Mark enfrente de ellos sobre el piso. Le habían hecho lugar a su lado, pero se negó a tomarlo.

—Así que básicamente —comenzó a decir Bob— ¿no hubo pelea, ni nada así?

—No. Un simple adiós a secas.

—Wow, no sé que podría haber sido peor —dijo Wade. Al finalizar la oración, recibió un codazo del más grande—. ¡Auch! ¡¿Qué hice?!

—Mark, ¿cuánto te quedarás aquí? —ignorando las quejas del otro, fue al grano.

—Hasta que Jack tome su vuelo, rumbo a Irlanda.

Los muchachos se miraron. Como no había mucho más que charlar y el ambiente se estaba poniendo algo incómodo, decidieron retirarse ahora que ya sabían que Mark sobreviviría unos días con lo comprado en el mercado y sus medicamentos. Ambos le dieron un fuerte abrazo al de pelo rojo, para después descender por las escaleras.

Aprovechando ahora la ausencia de su amigo en problemas, comenzaron a charlar.

Bob sacó su teléfono móvil, ya sabiendo a quién llamar y para qué.

—Jack —dijo apenas el irlandés atendió—, tú, Wade y yo debemos hablar.


⚫️Bet to love you⚫️ [Septiplier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora