Capítulo 5.
Tomé la almohada que tenía y la puse arriba de mi cabeza para dejar de escuchar los gritos de Dolly una y otra vez. Repitiendo lo mismo.
― ¡_____! ¡Despierta ya! ― gritaba como una loca desde el primer piso.
― ¡Deja de gritar!
Me levanté de la cama a regañadientes.
― Pues haz lo que yo diga y no lo hare.
Revire los ojos a sabiendas de que ella no me estaba viendo.
La relación con mi madre jamás fue buena, y no creo que un futuro lo sea. Ella era una mujer de sentimientos fríos, seca como una roca. No era una madre que demostraba amor, no, nunca se detenía a decirte te quiero ni siquiera me felicitaba por mi cumpleaños. Era una mujer seca.
Tome una toalla blanca y entre en el cuarto de baño. Encendí la ducha y espere a que el agua se calentara. Amaba el clima de Londres. No había sol y había frío casi siempre. Cuando había mucho frío ―como hoy― me encantaba dejar el agua caliente a lo máximo y esperar a que el cuarto se llenara de vapor. Era muy tranquilizador para mí.
Me di una ducha rápidamente, luego, salí y enrolle mi cuerpo con la toalla, tome otra y la enrolle en mi cabello. Salí a mi habitación y me puse mi ropa interior. Un lindo conjunto de encajé azul marino.
Boté por ponerme unos jeans ajustados y una blusa amarilla holgada al igual que los zapatos, me deje mi cabello suelto y finamente lacio caer por mi espalda y me puse un poco de maquillaje.
Tome mi bolso y mi móvil. Faltaba poco y Harry no tardaba y llegaba.
Baje las escaleras de la casa y fui hasta la cocina. Mi madre estaba ahí apurada, con un elegante traje gris que le quedaba ―debo admitir― estupendamente tenía el cabello cobrizo cayendo por sus hombros y estaba levemente maquillada.
― Deje algo de comer, sírvete tú. Tengo prisa, mi nuevo jefe llega hoy y dicen que es muy guapo ― Ya lo entiendo todo.
Quería Fallárselo, Eso era lo que ella quería. Así, tendría a su nuevo jefe comiendo de su mano.
― Esta bien― Le reste importancia.
La vida sexual de mi madre, no me importaba. Si quería hacerlo con su nuevo jefe, que lo haga.
Dolly tomo su portafolio negro y salió disparada de la casa con una taza de café en mano.
Y otra vez sola. Como era siempre.
Fui hasta la cocina y ahí había un sándwich. Me lo comí rápidamente y luego tome un poco de jugo de naranja. Subí corriendo las escaleras, y me cepille los dientes. Mi móvil comenzó a sonar en el piso de abajo, me mire nuevamente en el espejo y baje corriendo las escaleras.
Al tomar mi móvil vi que era una llamada de Styles.
― ¿Hola?
― Estoy afuera princesa.
― Entendido. Salgo en un minuto. ― colgué.
Tome mi bolso con unos cuantos libros y salí disparada de la casa.
El lujoso auto de Harry, un BMW M6 negro estaba aparcado enfrente de mi casa y dentro de él estaba Harry con unos lentes de sol. Mire hacia el cielo y no había ni una tenue luz de sol. Me encogí de hombros y fui hasta el auto.
― Hola ― salude besando su mejilla cuando había entrado en el auto.
― Hola princesa ― se quitó los lentes de sol y los aventó al parabrisas.
― ¿Lista? ― preguntó mientras yo asentía.
En cuanto llegamos al campus ambos bajamos del auto. Harry iba detrás de mí, y yo solo miraba a las chicas que miraban a Harry con una sonrisa pervertida.
Putas, todas.
Fue lo que pensé. Harry tenía su propio grupo de Fans. Algunas chicas lo saludaban y el cordialmente hacia lo mismo. Harry conocía a todas las chicas del colegio, a todas, se había acostado con todo el equipo de porristas, y la verdad, no estaba sorprendida de eso.
Él era mi mejor amigo y no lo veía como algo más. Solo que, por el amor de dios, se cuide.
Sin darme cuenta ya teníamos a nuestras propias guardas espaldas detrás de nosotros, siguiendo como unas idiotas a Harry. Pobre, pobre chicas. Harry solo sale con las chicas más guapas del lugar, no lo hará con ninguna de ustedes.
Mire de reojo a Harry que tenía su típica sonrisa egocéntrica en el rostro. Revire los ojos y fuimos hasta mi casillero.
Saque rápidamente mis libros de trigonometría. La campana sonó y me despedí con un beso en la mejilla de Harry.
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«noтнιng ғeelιngѕ» {Harry Styles & Tu}
Fiksi Penggemar— ¿Placer y nada más que placer? — Le preguntó la chica a Harry. — Placer y nada más que placer linda — Él chico paso sus nudillos con delicadeza por sus mejillas. Haciendo estremecer a la chica. — No quiero nada de escenas de celos, ni sentimien...