Capitulo 1

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Perdonen si este párrafo es confuso. quiero contar toda la historia esta noche.

mañana me voy tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, aunque sea una vez, me sienta mas liviano en el momento de tomar el avión.

pero no se si podre. 

Nosotros vivimos en san isidro en una de esas grandes casonas de principio del siglo, cerca del rió.

La casa es enorme, de ambientes amplios y techos altos, de dos plantas. en la  planta baja, un pequeño hall, la sala, el comedor con su chimenea, el estudio de mi padre, donde esta la biblioteca, la cocina y las habitaciones de servicio. En la planta alta están los dormitorios , el de mis padres, el de mi hermano y el mio, un cuarto para que mi madre haga sus quehaceres (siempre fue denominado así: para los quehaceres de mi madre, he vivido toda mi vida en esta casa y no se cuales son los quehaceres que mi madre realiza en ese cuarto) y un par de habitaciones vacías obviamente también hay baños, dos por cada planta.

La casa esta rodeada por un gran parque, en la parte de adelante hay pinos y un  nogal  detrás los rosales de mi madre y sus plantas de hierbas. Mi madre cultiva y cuida sus hierbas con un amor y una dedicación que creo no nos dio a nosotros. Estoy exagerando, pero no mucho. Cultiva orégano, romero, salvia, albahaca, tres tipos de estragón, tomillo, menta, mejorana y debo estar olvidándome de varias.

En la primavera y el verano las utiliza frescas, un poco antes del otoño las seca al sol y las guarda en frascos en un sitio oscuro y seco. 

En realidad no se por que les cuento esto, no tiene mucho que ver con nada y no es importante. pero cada vez que me imagino a mi madre, la veo arrodillada o con unas tijeras de podar, sus guantes, un sombrero de paja o un pañuelo, hablándole a sus plantas.

Uno de los momentos mas felices de mi niñez era cuando me llamaba y me pedía que la acompañara.

Me explicaba cual era cual, que tipos de cuidados requerían, como curarlas cuando las atacaba el purgon o alguna otra plaga, o como podar el rosal.

No es que a mi me interesara la jardinería particularmente, pero el solo hecho de que ella quisiera compartir conmigo esa actividad a la que se dedicaba con tanto esmero bastaba para hacerme sentir dichoso.

Podia quedarme horas doblado en dos revolviendo la tierra, abonando las plantas sin importar el clima.

Tal vez cuando ustedes evocan su niñez y sus momentos felices, recuerdan algún paseo o unas vacaciones.

No se. yo evoco el olor a la tierra y el de las hierbas. aun hoy, tantos años después, basta el olor del romero para hacerme feliz. para hacerme sentir que hubo un momento, aunque haya sido solo un instante en que mi madre y yo estuvimos comunicados.

Con mi padre la relación era, o debo decir es, mucho mas fácil. yo me ocupaba de mis asuntos y el de los suyos. me explico mejor. si yo me ocupaba de sacar buenas notas, hacer deportes (natación y rugby), obedecerlo y respetarlo, no tendría ningún problema. el,bueno, el.... el se ocupaba de lo suyo, es decir de sus negocios y sus cosas, cosas que nunca compartió con nosotros.

Mi padre es, aun hoy con sus sesenta y cinco años, un tipo corpulento. fue pilar en el san isidro club en su juventud y , cuarenta años después, cuando yo jugaba rugby en la divicion  infantiles, habia gente que lo recordaba. tiene una mirada terrible, una de esas miradas que bastan para que uno se sienta en inferioridad de condiciones, una de esas miradas que hacen su portador vaya por el mundo pisando todo lo que le ponen en el camino. supongo que no hace falta decir el pavor que sentía ante la posibilidad que enfocara en mi sus ojos azules asesinos.

Mi hermano había sido su orgullo, el primogénito y el primer nieto de la familia. en las fotos de cuadro ezequiel era el chico y estaba con papa, hay una expresión de felicidad, una gran calma y un disimulado orgullo en los ojos de mi padre.

Ezequiel nació pesando mas de cuatro kilos, el pelo negro como el de mi madre y los ojos azules como los de el. era una perfecta síntesis de lo mejor de cada uno de ellos la cara ovalada, la nariz recta. un precioso niño.

Cuatro años después mi madre quedo otra vez embarazada, pero el bebe, una niña, murió en el parto. en ese momento decidieron no tener mas hijos. después cuando mama volvió a quedar embarazada no lo podían creer. ezequiel colmaba todas sus expectativas. era un buen alumno, un hijo ejemplar, era todo lo que habían deseado. se imaginaran que de ese embarazo nací yo. ezequiel me confeso muchos años después que me odio por eso. Odio a ese bebe no era ni grande, ni lindo (yo tengo la combinación inversa,el pelo castaño de mi padre y los ojos marrones de mi madre) me odio por haber llegado a romper esa química, por haberlo desplazado del centro de atención en el que estaba hacia trece años, hacia la periferia. 

  

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⏰ Last updated: Oct 08, 2016 ⏰

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Los ojos del perro siberianoWhere stories live. Discover now