Como agua para chocolate (Laura Esquivel)

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                                                                     Tortas de Navidad

                                                                           I. Enero

                        INGREDIENTES:

                        1 lata de sardinas

                        ½ chorizo

                        1 cebolla

                        orégano

                        1 lata de chiles serranos

                        10 teleras

Manera de hacerse:

La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de

cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la

está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino

que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes

les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque yo

soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela.

Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba

y lloraba cuando ésta picaba cebolla; su llanto era tan fuerte que Nacha, la cocinera de la

casa, que era medio sorda, lo escuchaba sin esforzarse. Un día los sollozos fueron tan fuertes

que provocaron que el parto se adelantara. Y sin que mi bisabuela pudiera decir ni pío, Tita

arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores de una

sopa de fideos que estaba cocinando, los del tomillo, el laurel, el cilantro, el de la leche

hervida, el de los ajos y, por supuesto, el de la cebolla. Como se imaginarán, la consabida

nalgada no fue necesaria, pues Tita nació llorando de antemano, tal vez porque ella sabía

que su oráculo determinaba que en esta vida le estaba negado el matrimonio. Contaba Nacha

que Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas

que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina.

En la tarde, ya cuando el susto había pasado y el agua, gracias al efecto de los rayos del

sol, se había evaporado, Nacha barrió el residuo de las lágrimas que había quedado sobre la

loseta roja que cubría el piso: Con esta sal rellenó un costal de cinco kilos que utilizaron para

cocinar bastante tiempo. Este inusitado nacimiento determinó el hecho de que Tita sintiera

un inmenso amor por la cocina y que la mayor parte de su vida la pasara en ella,

prácticamente desde que nació, pues cuando contaba con dos días de edad, su padre, o sea

mi bisabuelo, murió de un infarto. A Mamá Elena, de la impresión, se le fue la leche. Como

en esos tiempos no había leche en polvo ni nada que se le pareciera, y no pudieron conseguir

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2012 ⏰

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