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El me llevo y me obligó a caminar en las tinieblas, la oscuridad revuelve todo mi día con su rostro el que me enamoro. Consumiste mi carne y mi piel y quebraste mis huesos, me pusiste una cerca de veneno y lamentaciones, me mandaste a vivir en las tinieblas como los muertos de antaño, me encarcelaste y ahora no puedo salir; me pusiste pesadas cadenas de sufrimiento y dolor.

Diario de un alma quebrantada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora