c o m o /e l/ c a f é

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Jonghyun fue estrellado contra la pared y sus piernas fueron separadas con rudeza, pero lejos de molestarle, despertó la excitación en él.

El más alto lo tenía apresado mientras frenéticamente levantaba su camisa negra y procedía a acariciar con la punta de los dedos sus abdominales marcados.

Choi Minho era una maldita, sensual, ardiente y feroz bestia.

La manera en que lo tomaba y lo desechaba; cómo lo llamaba cuando estaba aburrido o, mejor dicho, cuando su novio no estaba ahí; ésa forma en la que mordía su clavícula mientras lo embestía por detrás y cómo le gritaba las cosas más sucias jamás oídas.

Jonghyun estaba terriblemente extasiado cuando estaba con él.

Minho bajó por el cuerpo del mayor y se arrodilló frente a él, mandándole un guiño sensual y se dispuso a lamer y disfrutar cada uno de los cuadros del abdomen de Jjong.

El teñido cerró los ojos y se dejó llevar por la malditamente experta lengua de Choi que serpenteaba con ardor sobre su morenísima piel.

Todo ése calor que sentía cuando estaba con Minho era asfixiante y no se iba nunca.

Ni siquiera cuando lo veía abrazando, besando, mordiendo y, en el peor de los casos, follando a ésa maldita zorra que tenía por novio.

Kim Kibum, alias "La Puta del Grupo".

Jonghyun no odiaba a Kibum, era su mejor amigo, pero verlo besar y tocar a Minho sacaba lo peor de él y hacía que explotara de furia.

Todas las veces que Minho entraba en él y lo tomaba con fuerza, se preguntaba si disfrutaría de igual o mayor manera con el estúpido ex-rubio, ahora pelinegro, que era Key.

Por pensar en éso, no notó cuando el menor subió hasta tenerlo frente a frente y lo miró confundido desde sus enormes y perfectamente redondos ojos.

—¿Te pasa algo?

Muchas cosas le pasaban, hacía un maldito mes que Minho no le ponía un dedo encima, su tinte se estaba cayendo, Taemin pasaba demasiado tiempo con Onew y para terminar de joderle la existencia, Key se había cambiado el tinte de cabello, haciendo que Minho se le echara encima cual fiera en el momento que lo vio.

Recordaba perfectamente cómo Key había entrado a la sala del departamento, moviendo sus increíblemente femeninas caderas y se le había sentado en las piernas a Choi.

—Minho—había hablado en su cuello—Tengo ganas.

El corazón de Jonghyun se hizo un guiñapo cuando vio como Minho no dudó y tomó al mayor entre sus brazos, llevándoselo entre besos ardientes y gemidos hasta su habitación, encerrándose con él en ella y sólo dejándolo oír los gritos de nena de Key, que podía llegar a superar las notas más altas del platinado cuando alcanzaba su orgasmo a causa de Choi.

Había pensado en ir hasta el cuarto del maknae o del líder y usar a alguno de ellos como reemplazo momentáneo, pero se resistió.

No quería ser la manzana de la discordia entre ellos, menos al saber que se gustaban entre sí.

El más alto lo besó, sacándolo de su trance y regresándolo al momento, el único en el que podía tenerlo y que podía ser suyo en cuerpo, porque sabía que él amaba como idiota a Kibum.

Y cada vez que ésa boca perfecta lo besaba, él volvía a recordar el momento en el que entró a la habitación de aquella pareja, con la inocente intención de pedir un cepillo y se encontró con una escena que jamás desearía repetir.

Como el café  ▬【 JongHo 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora