Me ofreció el pecado en forma de corazón, cubrió mis ojos y me enamoró...
Recorrió con sus dedos mi cuerpo de la misma manera que lo hacía con el piano; solté suspiros, melodías, y él susurró que me amaba.
Tú sabías que mentía y lo escondiste, ¿Por qué me traicionaste hermano?
Tus disculpas ya no sirven, no mereces el perdón.
Sufrirás conmigo, él me arrastra al infierno y no me iré sin ti...