Tú reías de las estupideces que decía, la verdad que cualquiera
se hubiese reído de mí bajo los primeros efectos del alcohol.— ¿Sabes, Rosie? Eres muuuuuy hermosa.
Y reí tonta y tímidamente.
¿Por qué estaba actuando como un niño de 10 años?
Creo que hasta me sonroje.
Pero tú no. Tú nunca lo hacías.—Tris..., Te puedo decir Tris, ¿no?
He de decir, que cuando tus labios pronunciaban ese corto monosílabo me encantaba.
— Claro.
—Pues cuéntame de ti, Tris.