「Los Ángeles Pertenecen al Cielo」

El sonido de su voz lo detiene en el acto, sus extremidades tiemblan de nerviosismo con sólo pensar que puede ser sólo su imaginación.

Su corazón se exaspera al escucharla pronunciando su nombre otra vez, su alma se llena de alegría y esperanza, sin dudarlo un instante corre en búsqueda de la mujer que perfecciona sus sueños y realidad.

Ella yace en el suelo rodeada por un mar de sangre, sus heridas son profundas y recientes, la toma con rapidez por la nuca y la aferra a su pecho, la mantiene abrazada por largos segundos; Al verla allí sabe que lo pierde todo, incluso la esperanza a optado por abandonarlo.

Su rostro se llena de lágrimas, el dolor es incontenible. Ella le observa desde su posición sonriente, mostrando su increíble fortaleza aún cuando no la tiene, con la maravillosa sonrisa de siempre, aquella que hizo que aquel hombre la amara tanto, la misma desde que se conocieron.

Él desconsolado a su lado de rodillas le sonríe con lágrimas en los ojos, a diferencia de ella él se encuentra débil.

—Sabes que no te dejaré ir.— cierra sus ojos y las lágrimas empiezan a caer. La fortaleza de aquella mujer se corrompe demostrando sus grandes heridas y en sus ojos las lágrimas se hacen presentes

—Sé que es difícil aceptarlo, pero este es el momento.— su dulce voz le proporciona a él tranquilidad aunque sabe que será la última vez que la oirá; La mira a los ojos y no se contiene, la envuelve en sus brazos y dice a su oído.

—No lo hagas por favor... No me dejes.— a pesar de sus heridas ella sigue fuerte, tan fuerte como para sostener aquel alma debilitada. Se acerca con paciencia al oído de aquel hombre y dice

—Nunca lo haré.

Se unen en un beso apasionado y lleno de dulzura no queda nada entre ellos dos no existe nada que sea importante, los minutos, las horas, los segundos no importan allí solo se encuentran ellos.

Al separar sus labios las palabras sobran y el silencio es más que suficiente...entonces es él quién rompe el silencio y dice: « ¿Recuerdas aquella vez que te encontré llorando bajo la lluvia y te robé nuestro primer beso? Siempre creí que te había salvado pero en realidad fuiste tú quién me salvo a mí. ¿Quién diría que llegaría a amarte tanto» su voz se entrecorta mostrando así que ya no puede más, rompe en llanto una vez más, ella lo consuela acariciando su rostro... «Prométeme que dejarás de llorar y me dejaras ir» su voz también se escucha débil pero aún así se mantiene fuerte. « Nunca lo haré, sabes que nunca lo haré» decía negando con la cabeza lleno de frustración «Siempre supimos que sería así» acaricio su rostro y besó sus labios una vez mas no quedo nada.

Luego de aquel último beso los ojos de aquella mujer se cerraron y sus latidos cesaron con cada lágrima derramada por él, al cabo de unos pocos segundos el alma de aquel hombre quedó totalmente desamparada.

«Te amo mi hermoso ángel» y fue entonces cuando en su interior sintió como el mundo se le acababa en sus brazos, sintió él como su corazón se rompió en miles de pedazos, sintió como su alma gritaba de desesperación al dejarla ir, sintió como moría sin hacerlo; Y encontró en la mano de su amada un pequeño trozo de papel en el que decía «Te amo, aunque no pueda decirlo»

Sus ojos llenos de lágrimas y su grito de dolor jamás serían olvidados así como el no la olvidaría a ella por más que pasaran miles de años.

Y fue así, sin importar cuánto tiempo pasó él no dejó de sufrir.

El día de su aniversario de bodas el dejó en su lecho de muerte una carta y junto a ella un ramo de flores como a ella le gustaban, la carta en cuestión decía:

"Mis ojos arden y mi corazón poco a poco va deteniéndose, no hago más que extrañarte y llorarte, cada segundo desde tú partida ha sido una tortura".

Sé que querías que no lo hiciera, pero sólo logro llorar, pues te necesito aún mas que al aire y a mi sangre, porque para mí eras más que eso, eras tú quién realmente me mantenía vivo y ahora que no estás aquí tu ausencia me está matando, pero no me queda más que aceptar que los Ángeles pertenecen al cielo".

No olvides mirar el cielo...

Nunca sabes cuando un ángel te está sonriendo. ♥