Papá Keroro está loco

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Taemin abrió suavemente de sus párpados algo pesados, la luz a penas le llegaba gracias al gran cuerpo de su pareja que le rodeaba contra su pecho, sonrió aspirando el delicioso aroma del hombre, chocolate, sin duda era lo mejor. Notó que Minho aun dormía plácidamente, su pequeña mano se elevo hasta tocar sus facciones enamorado, pues lo estaba Choi siempre había sido su primer amor y Su todo. Se removió despacio su intención no era despertarlo al contrario, quería dejarle dormir todo el día, lo bueno que era fin de semana. Con algo de dificultad se logró sentar apoyándose de costado fue suave, la panza la tenía muy grande para ser de siete meses, pero como no si estaba embarazado, y de gemelos.

Comenzando con una pequeña rutina se levantó colocándose la bata, acariciándose en vientre iba a la cocina para poder prepararle en desayudo a su esposo, hoy sus hijos habían decidió ser amables pues ya las patadas eran muy pocas, comparado con otras veces.

- Dante~ Leo~ Son buenos niños, dejemos a papá dormir un poco más.

Él siempre le hablaba a sus niños desde que el mismo doctor le dijo que seria bueno para el crecimiento incluso después de su parto podría calmarlos solo con su voz. Taemin se movía con tranquilidad por la cocina preparando algo de desayuno para su querido esposo, había sido un semana dura para él, se merecía algo para su felicidad, agradecía ser un chef profesional para poder preparar unos requisitos platillos pues al alto le gustaba mucho comer, por eso mismo Minho decía que lo había terminado de enamorar.

Suspiro nuevamente, era el chico más feliz del mundo, se había casado hace un par de años y hasta la hora no podía decir que estaba arrepentido, su esposo siempre se encargaba de hacerse feliz, incluso antes cuando vivían en un pequeño departamento donde la cama era tan pequeña que prácticamente tenia que dormir sujeto al cuerpo del mayor para no caer. Eran buenos recuerdos, ahora vivían en una casa bastante amplia que adquirieron con el esfuerzo de ambos, estaba planeada que fuera amplia porque habían planeado tener hijos.

- Hm~

Saboreo algo del café que había preparado, era un pequeño instante en que podía beberlo pues Minho era un tanto exagerado cuidando que no debía hacer innecesariamente. Esta bien, Minho era bastante exagerado, sobre todo con lo su consumía, había una lista pegada en la puerta del refrigerados indicándole que cosas podía comer, dentro del aparato la comida era prácticamente toda sana y lo que podía llegar a ser del gusto de su esposo se encontraba en pequeñas porciones. Por otro lado eran los temas de seguridad, solo faltaba que llenara de colchas toda la casa para poder protegerlo de algún golpe o caída, Taemin admitía que era un poco torpe pero su esposo se pasaba. A veces intentaba comprender a su esposo, eran un matrimonio joven y padres primerizos de dos bebés, pero sus cuidados o mas bien su paranoia se excedían, suspiro dejando la taza lejos tomando algo de jugo de naranja para limpiar rasgo del sabor a café en sus labios que Minho podría descubrir cuando se levantará se movió hasta poder sentarse un poco, las piernas las tenía bastante hinchadas en el
último tiempo pero no iba a culpar a su embarazo eran cosas normales.

Posó nuevamente la mano obre su vientre mirándose los pies o al menos eso trató de hacer ya que el vientre sobresalía tanto que apenas se los podía mirar, los peor era que no podía alcanzarse para recortarse las uñas o tomar algo del suelo, su vientre se lo impedía desde el cuarto mes. A veces se reía de aquello, en eso si agradecía la preocupación de su esposo, pues Minho hacia cosas tan necesarias como esas para él.

Sonrió pensando en cuando llegaran los niños a su vida, el lindo par de gemelitos les llenaría de vida. Jamás había pensado en tener gemelos pues su familia solo se reducía a su mamá y a su hermano mayor, al igual que la de su pareja que solo tenía a sus padres pues era hijo único. Y él ahora le daba una gran familia, dos por uno, como decía su hermano mayor, Minho era el más feliz junto a él, dos bebés no eran el problema al contrario tener la casa llena desde un momento ed lo que ambos habían deseado, Tanto como a los dos le gustan los niños, hasta que legó el visto negro y pudieron tener mejores condiciones se colocaron en campaña para tener un lindo bebé, ahora tendrían dos, era una doble bendición. Últimamente era más Minho él que gritaba de felicidad porque iba a ser padre de gemelos por cada lado que iba. La ultima vez paso en una tienda, donde una señorita miraba demasiado a su esposo con él y su enorme vientre a su lado,  el mismo moreno le hizo ver que estaba casado y con hijos en camino para que no fuera demasiado evidente, hasta sintió pena de la chica. Su esposo le brindaba la confianza aunque estaba un poco loco.

Relajate PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora