Parte 2

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No pasó mucho tiempo hasta que Chanyeol descubrió qué era lo que iba mal de verdad.

Después de las prácticas de baile de aquel día por la mañana, a causa de algún milagro divino, le habían dado la tarde libre para visitar a sus padres, y cuando entró al dormitorio por la noche sólo estaban Joonmyun, Jongin y Sehun. El primero estaba sentado en una esquina del sofá, con las rodillas contra el pecho y viendo a los otros dos jugar una partida de Mario Party.

—¿Dónde están Baekhyun y Kyungsoo? —preguntó, comprobando su reloj porque estaba seguro de que ya era tarde—. Hyung, ¿no teníais que practicar los vocalistas esta tarde?

—Bueno, tengo cuatro segundos de canción —dijo Joonmyun encogiéndose de hombros—. No hay tantas cosas que se puedan hacer mal en cuatro segundos, ni siquiera para mí, así que me han dejado irme antes.

—¿Y a ellos dos?

Joonmyun se mordió el labio inferior, como si estuviera pensando en cómo decir lo que tenía que decir. En eso era igual que Chanyeol, normalmente sonreían tanto que enseguida se les notaba cuando estaban mínimamente tristes.

—Están teniendo... problemas. Con Wolf. El tono, y eso —respondió por fin—. El instructor estaba cabreado hoy.

—¿Cabreado? —preguntó Chanyeol.

—Ni Kyungsoo ni Baekhyun consiguen controlar la voz en las notas altas... Por no decir que no llegan —Joonmyun se levantó del sofá y cogió a Chanyeol por el brazo para llevarlo hacia la cocina, donde pudieran hablar tranquilamente sin escuchar los soniditos de Mario y Yoshi cada vez que avanzaban una casilla—. Ya sabes lo que pasó con la filtración de la demo que grabamos. Baekhyun está más afectado por todo esto de lo que parece, pero no sé qué hacer para ayudarlo...

A Chanyeol le encantaría poder darle una solución, le encantaría tener una solución para sí mismo. Le encantaría ser él el instructor para poder decirle a Baekhyun que su voz era perfecta, que con ella puede hacer que cualquiera sintiera escalofríos, que podría pasarse la vida entera escuchándolo cantar. Le encantaría poder ser quien mandaba para hacer que fuera la canción la que se doblegara ante Baekhyun y no al revés, porque Baekhyun nunca se había achicado ante nada ni nadie y Chanyeol no entendía por qué iba a empezar a hacerlo ahora.

—Hablaré con él —prometió Chanyeol—. No sé hasta qué punto será eso de ayuda, pero lo haré.

—Poca gente lo conoce tan bien como tú —Joonmyun suspiró, pasándose la mano por el pelo—. También me gustaría hablar con él porque conozco perfectamente la sensación de intentar, intentar, intentarlo una y otra vez y no llegar a nada... Pero algo me dice que a ti te escuchará mejor —continuó con una sonrisa.

En ese momento se abrió la puerta y entraron Baekhyun y Kyungsoo, seguidos del manager. Chanyeol no creía haber visto a Baekhyun tan serio en su vida, ni siquiera en los últimos días. El manager intercambió unas palabras con Joonmyun sobre su agenda para el día siguiente y enseguida se marchó, Kyungsoo se dejó caer en el sofá, frotándose la garganta como siempre que sentía que la voz se le iba; y Baekhyun se dirigió a su habitación sin decirle ni una palabra a nadie. Chanyeol lo siguió con la mirada, preocupado, y cuando volvió a mirar hacia el salón todos tenían la misma expresión que él en el rostro.

—Alguien debería ir a hablar con él —sugirió Sehun.

—Es mejor que no... Sabes que cuando está de mal humor, está de muy mal humor —repuso Jongin—. Es mejor dejarlo solo un rato para que se le pase.

—Jongin tiene razón... —intervino Kyungsoo—. Hoy ha sido un día horrible para él. Para los dos, la verdad —dijo, frotándose los ojos y poniéndose en pie.

dímelo con música (pero no te olvides de las flores) [baekyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora