CAPÍTULO VEINTIUNO

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En El Mundo Real

La luz lentamente se va disipando. Todo está borroso. Oigo voces extrañas. Veo todo como si hubiera un cristal borroso. Un extraño liquido me rodea. Es extraño puedo respirar. Estiro mis manos para saber de que se trata. Es cristal. Se ve frágil. Lo golpeo y se desvanece en miles de diminutos trozos. El líquido de esfuma convirtiéndose en lo que parece vapor. Pero es a una velocidad apenas perceptible.

Hay personas, me están mirando asombradas. La sala es como un laboratorio. Una persona se aproxima a mi. Instrumentos filosos que parecen pequeños cuchillos de mesa se levantan instantáneamente. Apuntan a cada persona. Hay suficientes como para detener a todos los que se encuentran a mi alrededor.

-¿Qué está sucediendo? -exclamó a todo el personal que se encontraba en aquella sala. El silencio inunda la sala.

-Relájate Laurie, todo estará bien. Te lo explicaremos todo -dice una voz calmada, es una mujer de cabello oscuro. Lleva una bata ha de ser quien dirige esto-. Solo baja las navajas.

-No sé que estoy haciendo... no puedo controlarlo...

-Tan solo relájate... - repite la doctora.

-Estoy intentando calmarme, no funciona... -Las navajas se alejan lentamente de aquellas personas que me rodean. Lentamente avanzan hasta formar algo así como un capullo rodeándome. Las puntas de lo que parece que son bisturíes apuntan a los doctores. Desde afuera debe de parecer como las espinas que recubren a un erizo de mar.

-No tengas miedo... no te pasará nada. Estamos aquí para ayudarte... -menciona la doctora para intentar calmarme- Tan solo deja de pensar e imagínate que bajas las navajas al suelo.

Parece funcionar, las navajas caen una a una al suelo. Produciendo tintineos, que me hacen recordar el collar que me había regalado Richard. Lo busco en mi cuello pero no está allí Las lágrimas se escurren de mis ojos mientras el recuerdo de Richard se va haciendo más y más fuerte. Cierro los ojos y lo veo. No escucho su voz, pero puedo leer sus labios: «Ayúdame Laurie». Siento un pinchazo en el brazo. Y escucho:

-Todo estará bien Laurie -Por fin reconozco la dulce y calmada voz de aquella doctora. Es la misma persona que vi en el sueño. Solo que allí tenía el cabello recogido.
Eso solo puede significar que los sueños ocurrieron realmente. Si el mundo que creía verdadero ya no existe. Entonces... esto no es un sueño. Estoy en el mundo real.

BORRADA (Incluye Soundtrack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora