“Son sus ojos, tal vez sus labios. O incluso puede que sea solo su olor. Pero todo de ella me embriaga, todo me hace sentir mejor, más fuerte, más vivo”
-¡Despierta, pequeña! –una voz tararea cerca, y siento que mi cabeza explotará pronto, a la vez que la luz de las cortinas aumenta –Vístete, hay clase.
-¡Cállate, Harry! –Él ríe profundo y me destapa, yo me doy la vuelta rápidamente –Vete al infierno –murmuro, y me muevo para buscar una mejor posición.
Notó como un peso se sube a la cama, y sé que es él, levanta mi camiseta desde atrás, de modo que mi espalda está al aire –Te he preparado el desayuno –susurra, acariciando la parte baja de mi espalda con sus dedos, haciendo figuras en mi piel.
-Pues cometelo –gruño, y él ríe.
-¿Por qué estás de mal humor, qué te hice? –acerca sus labios a mi oreja, después baja hasta mi cuello, sus labios no se despegan de mi piel. Él está completamente tirado encima de mí.
-Sabes perfectamente qué –murmuro, todavía enfadada.
Él suelta una carcajada y yo podría golpearle duro en su cara por idiota, él hace eso a propósito, aunque no me moleste realmente oírlo reír.
Siempre me reconforta de alguna manera, incluso por las mañanas.
-Tú quisiste venir, ¿recuerdas?
Refunfuño, sabiendo que es cierto. Harry ayer propuso ir al lago que descubrió hace unos días y parecía buena idea darse un baño en ese momento. Pero, ahora, después de una noche con mocos y muchos estornudos, la idea no resulta tan atractiva.
-¡Pesas, hombre! –me giro para tirarlo de la cama, pero él no se mueve. Su boca está a centímetros de la mía y empieza a reír. Entonces habla de nuevo, sus labios sobre los míos.
-Muévete, vístete, y baja. No quiero llegar tarde por tu culpa –besa mi nariz, humedeciéndola con sus labios.
-Lo haría, pero tengo a un friki encima –le hago cosquillas en las costillas con los dedos para que se aparte. Él ríe y se levanta.
-Tengo un despertador, ¿sabes? –le lanzo mi almohada y él la atrapa con sus manos.
-Sí, ya lo sé –hace una mueca graciosa –te lo regalé yo y no lo usas.
-Sí que lo uso –exclamo, lanzándole otra almohada. Él la atrapa de nuevo –Siempre llegas tarde si no te despierto yo, ____. –sonríe.
Él se acerca a mí, y me atrapa en brazos, bajamos las escaleras yo protestando y él riendo.
-Hola, mamá –sonríe Harry y me deja en el taburete al lado del mostrador de la cocina, donde desayunamos por las mañanas. Él se sienta a mi lado, y me acerca los cereales.