Capítulo 40

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POV Gabriel.

Tan pronto como abrí la puerta, tuve un mal presentimiento.
La caldera estaba sonando.

«¿Marinnette está preparando el desayuno?»

Ella nunca solía bajar antes de que yo llegara, no le gustaba despertar temprano.

Así que cerré la puerta despacio detrás mío y me adentré en la casa casi de puntillas.

Caminé hasta la puerta de la cocina, pero no pude continuar. Me detuve de golpe al verlo apagando la hornilla.

Mis ojos se abrieron con asombro y el mal presentimiento aumentó.

–Se-señor Fu.–Exclamé atónito.– Volvió.

El hombre mayor se giró con la caldera en mano y me sonrió.

–¡Oh! Gabriel, buen día.–Puso la caldera en la pequeña mesa.–¿Qué te trae por aquí?

Fruncí los labios.

–Vengo todas las mañanas.–dije seco.

Fu se acercó a la alacena y sacó tres tazas.

–No estaba enterado de ello.–susurró.–Me alegra que vinieras.–puso las tazas en la mesa.–Por favor siéntate.

Obedecí.

–¿Quieres té o café?

–Café.–pedí y me sirvió.

El hombre actuaba muy tranquilo para mí gusto, como si nunca se hubiera ido. Como si no hubiera tardado semanas. Como si no hubiera dejado a Mari completamente sola.

Fruncí el ceño.

Fu se sirvió una infusión y se sentó al frente mío, al igual que todas las veces que bajaba a desayunar después de dormir con Mari.

Tomé un sorbo.

–¿Qué es lo que te molesta Gabriel? No te preocupes en decirlo.

Suspiré.

–¿A dónde se fue?

Fu se encogió de hombros.

–Un poco por todos lados.–sonrió.

–¿Y porqué se fue tanto tiempo?

–Debía hacerlo.

Respiré fastidiado.

–¿Debía dejar sola a su sobrina?

–Lo que encontré la beneficia a ella y a su partida.

Sentí un golpe en el pecho.

«¿Se refiere a...»
Negué con la cabeza.
«No, no puede ser.»

–No sueles ser arisco Gabriel.–dijo.–Ten cuidado con esos sentimientos.

Bajé la mirada a mi taza.

–Di lo que te molesta, Gabriel.–insistió calmado.–Tal vez pueda ayudarte.

Eterno [MLB] // Gabrinette.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora