Capítulo 1

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        Mi abuela tenía una patineta de joven que conservó durante toda su vida. Algunas veces, cuando la extrañaba, me sentaba en mi cama y la miraba, la estudiaba. Tenía tantos detalles dibujada en ella que siempre descubría algo nuevo. Eso era lo que estaba haciendo en ese momento. Sentada en mi cama observaba la figura, distinguiendo otras formas, nunca antes vistas. La patineta no era nada de otro mundo, ni siquiera servía, ya que había cosas mucho más avanzadas en el campo de la tecnología y el transporte, pero era lo único que me quedaba de ella, el único recuerdo. En eso pensaba al sonar el intercomunicador.

    -Agente 927, se la requiere en la sala de comando lo antes posible.-Se escuchó en el cuarto.

    -Recibido, voy para allá.-Contesté a la nada. No había necesidad de confirmar, ya que era sabido por todos que yo no vivía para otra cosa. Mi única familia, si se la puede llamar así, era esta. No tenía a nadie más desde que se murió mi abuela hace muchos años, y ahí fue cuando la F18 me seleccionó para formar parte de los agentes permanentes.

        Así como estaba enfilé hacia la sala de comando. Al entrar en ella noté varias cosas al mismo tiempo. La habitación, rectangular con una gran mesa en el centro estaba llena de personas. No solo todas las sillas-excepto una, la más cerca de la puerta- estaban ocupadas, sino que también había una gran cantidad de gente parada, y todos a la expectativa. Vi unas cosas fuera de lugar, unos objetos que no pude identificar sobre la mesa, además de una carpeta rotulada con mi nombre. Percibí todo esto nada más entrar, estaba entrenada para eso. Rápidamente se hizo un silencio total al verme entrar. Todos me miraban. Sin saber que esperar, me quede de pie detrás de la silla vacía.

    -Buenas tardes.-Dije para tantear un poco los ánimos.

    -Siéntese, agente 927- Me ordeno la mujer en frente mío, la comandante Reyes, mi jefe. Era una mujer altiva, inteligente y de gran porte; un arma letal. Hice lo que me decía.-Se preguntara por qué está aquí. Hemos estado revisando su historial, y luego de pensarlo, consideramos adecuado que nos ayude con el caso 49.

         Una exclamación muda de asombro se extendió por la sala y murmullos se empezaron a escuchar inmediatamente.

    -¿Es en serio?-Balbucee yo, muda de asombro. No podía ser verdad. Era uno de los casos más importantes a nivel mundial, debía ser un error. Ya esperaba yo que todos se empezaran a reír, dijeran "que ilusa" y me entregaran una misión sin importancia.

    -¿Le parece que jugaría con algo así?-La verdad no me la imaginaba jugando y punto. Entonces tenía que ser verdad. No me lo creía. Pregunté por qué.-Usted ha estado con nosotros muchos años ya, se ha probado a sí misma y demostrado su valía y lealtad innumerables veces. Su nombre llegó al Alto Mando y esto fue lo que decidieron.

        Trate de recomponerme lo más rápido posible, para que no se notara cuanto me había sorprendido la noticia. No podía dejar que pensaran que era una chiquilla que se deja emocionar con lo que sea.

    -Muchas gracias. ¿Qué debo hacer?-Pregunte, ya lista para la acción. Ese era mi deber, estar siempre lista.

    -Tome sus cosas, lo mínimo necesario para cualquier tipo de situación y estese aquí en diez minutos.

        Salí de ahí luego de saludar respetuosamente a todos. No podía esperar a llegar a mi cuarto y empezar este encargo tan grande.


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⏰ Última actualización: Oct 10, 2016 ⏰

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