Tiempo.

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Llego a casa, entro a la sala y lanzo mi mochila en el pequeño sillón, regreso sobre mis pasos para ir al baño y mojarme la cara, me la seco y me quedo observando al espejo. Mi mente solo puede pensar en ella, en como ella le sonreía a aquella mujer que le entregaba un paquete.

Me dirijo hacia mi mochila y saco el móvil, sé que podría mandarle un mensaje, tan sólo un mensaje, pero soy cobarde.

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Volteo para ver a Blanca y como siempre, haciendo todo menos prestándole atención al maestro, ella jamás cambiará . La profesora da por terminada la clase, acomodo mi cuaderno y el libro que ocupamos, salgo para encontrarme con ella. Ella siempre "esperándome", siempre es la primera en salir y solo para esperarme aunque en ocasiones se va con otras.

-Te invito a salir.- Dice mientras sonríe como ella solo sabe hacerlo, con esa sonrisa de medio lado y que de cierta forma logra acelerarme.

-Tenemos tarea.- Le espeto.

-¿Y? .-Parece que a ella no le importa reprobar.

-¿No te preocupa reprobar?

-Me recupero en los exámenes, así que... ¿Aceptas? .-Sé me ocurrían un montón de pretextos con tal de no ir con ella, sé que sí vamos a algún lugar público ella verá a más mujeres, pero...

-Sí, vamos.

Le miro desde el asiento del copiloto, maneja de forma tranquila, ella voltea para verme a lo que yo hago es girar hacia la ventana.

-¿Que clase de comida te gusta? .-Pregunta impaciente.

-Pues, ¿A ti qué te gusta?

-¡Vaya! Una mujer considerada.- La veo disminuir la velocidad, gira hacia la izquierda.- Me gusta la comida vegetariana, te llevaré a un lugar donde sirven las mejores hamburguesas.

-¿Hamburguesas?

-Hamburguesas de lentejas, las mejores.

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-¿Y qué te pareció?

-Estuvo muy rica, debo admitir que mi instinto carnívoro me decía que saliera huyendo.- Comienzo a reír y ella me queda viendo fijamente.- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? .-

-Sí, tienes una sonrisa sin igual, si aceptaras ser mi novia, me harías muy feliz.- Veo su mano acercarse a la mía, un movimiento peligroso el que hace ella.

-Ya hemos hablado de eso y lo siento, no tengo en mente una relación, ni contigo ni con nadie, así que no pienses que es algo personal.

-Ya.- La observo levantarse y voltea hacía mí, sonríe, he de confesar que su sonrisa me gusta, pero no me veo estando con ella...

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He llegado más temprano de lo habitual, Blanca parecía más distante de lo normal, ayer después de comer, durante todo el trayecto, permaneció callada. Quizá se molestó con mi pequeña confesión.

En estas dos horas de clase, Blanca no se apareció, probablemente se quedó dormida.
Reviso mi teléfono discretamente, tampoco tengo ningún mensaje.

"¿Dónde estás?
Enviado 10:15"

Guardo el móvil en el bolsillo del pantalón y sigo prestando atención a las clases.

Veo las horas avanzar, reviso nuevamente el móvil y nada. Realmente se enojó.

Suena la chicharra informando que la clase ha terminado. Al salir me encuentro con algo nada grato.

En la jardinera que da hacía el patio, está Blanca platicando de lo más alegre con otra. Porque eso es lo que es esa chica, otra, una más en la larga lista de conquistas de la señorita "Puedo con todas".

Camino hacía ellas, voy a enfrentarla, es mi amiga y no me gusta que descuide las clases por andar de coqueta.

-Si sigues faltando a clases, reprobarás por inasistencias.- Alcanzo a decir, veo como rueda los ojos y frunce el ceño.

-Eso es algo que no te incumbe, el que seas una compañera más no quiere decir que puedas entrometerte en mis asuntos.- La veo hacer su media sonrisa pero, no es para mí, va dirigida hacía esa chica. Blanca continúa hablando con esa y a mí me ignora.

Comienzo a alejarme de ese lugar, me resulta bastante incómodo y molesto. "Una compañera más". Por mí se puede ir al carajo.

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No sé cómo, pero me encuentro aquí, frente al Starbucks, quizá necesito dejar de pensar en Blanca y en su sonrisa. Me irrita que sea así una coqueta de lo peor, se supone que quería estar conmigo, ¿Iba a comportarse así estando conmigo? Es una imbécil.

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He pedido lo mismo de siempre, sigo mi camino hacía la biblioteca, esta vacía y tiene cambios, hay más estanterías y libreros.

-Bienvenida, hace tiempo que no te veo por aquí.

Siento el cuerpo frío, un escalofrío recorrer mi cuerpo, siento estar paralizada, una sensación nada agradable, pero... a la vez lo es, ¿Lo es? Comienzo a temblar, sé quien es la dueña de esa voz, es Teresa.

Me armo de valor y volteó a dar la cara.- Han sido días difíciles en la Universidad, muchos proyectos y cosas así.- Sonrió levemente.

-Me imagino, pero disfruta de tu tiempo libre, nos vemos otro día.

-Claro que sí.- La veo alejarse, ahora hay alguien más en su mesita.

Soy idiota. "Claro que sí", suena a tan esperanzador.

Blanca.

Teresa.

La cabeza me estallara.

Tratando de hacerme felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora