Un nuevo comienzo

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María había dicho que sí y todos estaban celebrándolo en mitad de la calle. Habían llevado botellas de champagne que agitaban y lo empapaban todo. María y Adrián se abrazaban y besaban sin parar.

- ¿Y ahora qué? - Le preguntó María a Adrián. Estaban empapados de champagne y hacía frío.

- Nos vamos a celebrarlo ojazos - Adrián cogió la mano de María y tiró de ella para besarla de nuevo.

Nacho se había tomado las uvas solo, quería haber estado dormido para entonces y así no sentirse triste por estar solo un día como ese, pero el mensaje de Sergio y la posibilidad de ver a María esa noche, le estaban volviendo loco. Tanto, que al final se decidió por ir a esa dichosa cena. Se duchó, se vistió y salió corriendo para casa de Sergio. Eran la una pasadas y esperaba que aún estuvieran allí. Pero cuando llegó, no había nadie. Pensó en irse a casa, en rendirse "es el destino" se dijo, pero no, no iba a dejarlo así. Lo llamó.

Sergio conducía de camino a la cabaña de Adrián cuando su móvil empezó a sonar, así que Carlota lo cogió.

- Nacho soy Carlota, Sergio está conduciendo.

- Ah hola Carlota, ¿dónde vais? - Sergio entonces la miró y le dijo que le dijera que iban a la cabaña y que estaba muy feliz por su llamada.

- Vamos a la cabaña de Adrián, ya sabes dónde está... - Nacho dijo que si entre susurros. Ir a la cabaña de Adrián , eso ya eran palabras mayores - ... Nacho, estamos muy felices de que vengas- Nacho se quedó callado. Los echaba muchos de menos.

- Nos vemos ahí - Colgó. Ahora ya tenía que ir. Caminó hasta el coche más nervioso que nunca diciendose a si mismo que podía, que debía, que al menos lo iba a hacer por Sergio, su amigo.

Llegaron a la cabaña y María con la boca abierta alucinaba.

- ¿Todo esto es para mí?- Adrián le dijo que si con la cabeza.

- Ojazos, vas a ser mi mujer, te mereces la luna - María se mordió el labio y le dio un suave beso en los labios. Estaba muy feliz, sabía que estaba haciendo lo mejor para ella y para sus hijas.

La cabaña estaba toda iluminada con farolillos de luz que colgaban de árboles y paredes. También estaba repleta de globos de luz de diferentes colores pastel, y en el centro una pancarta preciosa que ponía "Ha dicho si". María lo miraba todo con los ojos como platos cuando sus ojos se cruzaron con los de Diego y Dani, que al final no habían ido a la cena para acabar de organizarlo todo. María entonces sin pensárselo mucho, salió del coche y corrió a abrazarlos. Ambos, juntos, la recibieron con las brazos abiertos y se dieron un fuerte abrazo. Ella hizo el intento de besarlos pero Dani corriendo le paró los pies.

- Pequeña, están todos detrás... - María se sonrojó y miró hacía atrás. Se había olvidado por completo con la emoción. Vio como Adrián la miraba, tan guapo, tan alto, tan él... y corrió hasta sus brazos para besarle de nuevo. Estaba realmente feliz. Muy feliz y nada ni nadie podía estropear ese momento.

Rubén estaba en la calle, fuera del coche, apoyado en la carrocería, justo delante del portal de la casa de los padres de Julia. La estaba esperando, nervioso como un quinceañero. Julia le había dicho a sus padres que salía a tomar algo con unos amigos, se había despedido de su hijo Nil que ya dormía y estaba bajando las escaleras cuando sin saber porqué sintió la necesidad de contárselo a Nacho, así que sacó el móvil y lo llamó. Nacho estaba conduciendo cuando su teléfono sonó y al ver que era Julia, asustado de que le podía estar pasando algo a Nil lo cogió.

- ¿Qué pasa Julia? - Julia le seguía queriendo, y mucho pero sabía que nunca él podría quererle de la misma forma y eso le dolía y mucho.

- Sabes que te quiero...- Nacho suspiró - No, déjame un segundo, se que lo nuestro no puede ser, pero como te quiero, necesito que me digas que no pasa nada...

En la cama de María - Trilogía María parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora