Más que primos.

La mañana siguiente.

Habían tenido una noche apasionada, amanecieron desnudos y abrazados.

Emily se levantó primero, la verdad, la daba mucha vergüenza tener que mirar a la cara a su propio primo después de lo pasado.

Apartó lentamente el brazo de Leo de ella, se levantó muy despacio, cogió sus leggins y bragas y se las puso, se disponía a salir cuando...

-Buenos días Emily, ¿qué tal has dormido? -Dijo muy sonriente Leo-

Emily tardó de asimilar las palabras hasta que al fin se giró y respondió -Bien, bien, muy bien, ¿y tú?- Dijo pausadamente.-

-Estupendamente. -sonrió exageradamente-

Emily salió del cuarto para hacer el desayuno. Se tomó una tostada con mantiquella y un batido de chocolate.

Entró al baño para peinarse y estar más visible, tenía los ojos a lo mapache con el rimmel corrido. Se lavó los dientes y salió.

Justo al salir, se topó con su primo, se miraron, sonrieron y Leo la empujo lentamente hacia adentro.

-¿Qué haces bobo?

-Desearte, boba. -remarcó-

-¿Sabes que somos primos verdad?

-Ayer no pareció importarte mucho, que yo recuerde.- Dijo con una sonrisa pícara.

Emily se quedó cortada, más de lo normal.

-No tengas vergüenza, no es nada malo, sabes perfectamente que siempre entre nosotros ha habido una tensión, y no me digas que no.

-Bueno...

-¿Ves? además, ni que fuesemos hermanos, eso ya sería preocupante.

-Ya...

Leo se acercó un poco más a ella. Emily retrocedió.

-Anda boba, ven...

Los dos se abrazaron. Leo aparto el pelo de la cara de Emily y le dio un beso en la mejilla.

Emily se giró y le besó apasionadamente.