Húmedo.

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Leo se quitó la camiseta; Emily hizo la misma acción. Leo se quedó mirando sus exuberantes pechos que estaban al descubierto. Emily se percató de ello rápidamente y se tapó con las manos.

Venga, no tengas vergüenza, nos vamos a duchar si o sí. Ella apartó las manos, tenía los pezones erectos, Leo se acercó lentamente a ellos y los tocó suavemente haciendo que creciesen más y la aureola se pusiese de gallina.

Entraron a la ducha, abrieron el grifo y cada uno se pusieron en la pared para esperar a que el agua saliese más caliente. Emily accedió primero a ponerse bajo el chorro de agua, Leo se pudo detrás de ella y la abrazó.

-¿Quieres que me quede así o te molesto?

-Tranquilo, estoy bien así. -sonrió de manera cómplice-

Emily levantó la cabeza y empezó a mojarse el pelo, dejando al descubierto su limpio cuello. Leo empezó a besarla y a mordisquearle el cuello. Elle levanto los brazos y Leo acto seguido le cogió los pechos. Emily se giró y se acercó hasta el, abrió un poco las piernas para que el pene erecto de él rozase sus muslos. Leo cerró los ojos y los abrió repentinamente. Emily se agachó a por el champú, se quedó apoyada en la pared. Leo bajó lentamente, abrió sus piernas y empezó a meterle los dedos a medida que la besaba.

-Leo, déjate de rodeos y empieza ya. -Dijo sofocada-

-A sus órdenes ama. -Dijo divertidamente-

Emily encogió sus rodillas y se abrió más. Leo se acercó lentamente y -¡AH!- gimió Emily de dolor y placer.

-¿Qué pasa?

-Nada, has sido bruto, sigue.

-Bueno, bueno, imponedora.

Leo la sacaba y metía de manera juguetona. Emily estaba excitada, sobre todo cuando resbalaba su pene por si clítoris, el orgasmo estaba asegurado. Leo paró y acto seguido fue besándola hasta llegar a su húmeda vagina.

"Dios, oh Dios, oh Dios, somos primos, ¿qué estamos haciendo? Bah, a la mierda, ni que fuese algo malo" se dijo a sí misma en la mente.

Más que primos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora