Jamás (Ruggarol)

Capítulo 3

-¿Ahora sois novios?- dijo mirándo a Lio, furioso

-Sí, ¿y?-

-No, nada. Sólo... ¿Os importaría dejar de daros el lote en el set? Deberiás de ser más profesionales.- dijo con un tono en el podía percibir burla.

-Nosotros no te decimos nada cuando te besas con Candelaria.- Le replicó Lio.

-Es diferente...- intentó comenzar a hablar pero yo le corté.

-No, no es diferente. Además, tú no eres ni mi hermano ni mi padre para andar reclamando con quien me beso, o con quien salgo. Tú y yo sólo somos amigos, ¿no?- dije intentando estar lo más serena posible. Odiaba que siempre dijera lo mismo.

-Pero yo te veo como mi hermanita...-

-Yo también te veo como un hermano. Pero no eres mi hermano, y nunca podrías serlo.- soné un tanto cortante, pero quería dejárselo claro de una vez.

-Pero...

-Pero nada. Ahora si te importa quiero ensayar.- le dije en un modo cortante, borde. No quería ponerme así con él, siempre se pone igual. Es como si yo no tuviera los mismos derechos que él. Él podía tener novia y yo no. Él podía besarla cuando quisiera cuando quisiera, pero sin embargo yo no podía hacerlo. ¿Por qué se comportaba de esa manera? No lo entendía.

Los ensayos terminaron muy rápido, o al menos eso me pareció, estabamos ensayando para la gira de Soy Luna, y además hoy eran los Kids Choice Awards Argentina. Tenía esperanza de que iba a ganar, y también me encantaría que Michael ganara, había estado en todos los KCA (como yo) y sin embargo, no habíamos ganado nada, al igual que Katja, pensé que iba a ganar los KCA Colombia, sus fans se esforzaron mucho, al igual que mis Karolistas, pero igualmente perdimos. No era que me molestara que Danna Paola y María Gabriela de Faria ganaran, al contrario,  me parecía muy correcto, son muy talentosas. Lo que me preocupaba era defraudar a la gente. 

De repente el móvil me sonó. Era de Ruggero. Quería que nos vieramos.

-¡Karolcita!- dijo una voz conocida detrás mía. Ruggerito.

-Hola, Ruggero.- le dije un poco fría, lo que no era normal entre nosotros

- Quería pedirte perdón, por lo que pasó con Lio.- me comentó.- En serio, perdón, no me molesta que salgáis.-

-¡Qué bien! No me gusta que estemos tanto tiempo peleados, aunque hayan sido unas horas, Ruggerito.- le dije sonriendo. Y era cierto. Ahora me había dado cuenta que Ruggerito y yo siempre estaríamos destinados a ser amigos. En ese momento, habría llorado al pensar mi anterior pensamiento, pero ahora lo que hice fue agrandar mi sonrisa, eso no era malo, al contrario, era mejor.  Lo que sentí fue una simple ilusión, una confusión.