El corazón me late tan fuerte que se podría llegar a escuchar por encima de esta ensordecedora música que hace vibrar los muebles, o lo que queda de ellos de la mansión de... Ni siquiera me acuerdo a quien pertenece la casa .
Corro tan rápido como puedo a través de uno de los muchos pasillos de la casa, apartando vasos rojos de plástico del suelo. Encuentro una habitación libre de gente borracha o de gente pegándose el lote. Estoy asustada, muy asustada.
Max está muy borracho. Y eso nunca es bueno.
-¡Olivia!- chilla Max. Está muy cerca. Ya que su voz hace vibrar la puerta por encima de la puerta. Me tomo un segundo para analizar donde me he escondido. Es una habitación pequeña probablemente de servicio, aunque esta vagamente iluminada, se puede distinguir el sencillo mobiliario, que consta de una cama de una sola plaza, una mesita de noche de madera, una lámpara de pie, un escritorio sin silla y en el extremo una butaca con una montaña de ropa encima.
-¿Olivia? ¿Estás aquí?-dice mientras abre la puerta en tono divertido como si estuviéramos jugando al escondite. El corazón late con más fuerza, si eso es posible. Una lágrima me cae por la mejilla. Estoy acurrucada en el pequeño espacio entre la puerta y la pared.- por favor no- me digo. Me tapo la boca para que no me oiga respirar pero no sirve de nada, ya que cierra la puerta, se gira y me mira con esos ojos que en su día creí que eran preciosos y ahora en todas mis pesadillas aparecen como un monstruo del que no logro escapar. Sonríe a medias, con maldad.
-¡Ajá!-grita divertido. Su aliento apesta a una mezcla de tequila y vodka. Su expresión pasa de divertida a furiosa. Se acerca y me coge de los codos me levanta del suelo y me sacude con fuerza. –¿De que te escondías? ¿eh?- me grita, si grito nadie me oirá, estoy sola.
-Suéltame- gimo asustada.
-¡Contéstame!-exige de forma estridente. Las lagrimas rondan y siguen rodando por mis mejillas, no lo puedo controlar. Pero consigo calmarme armarme de valor para decirle en tono seco.
-Me voy Max, ahora mismo, voy a pillar un taxi queme lleve a casa. Adiós.-digo pretendiendo sonar lo mas directa posible. Melevanto y justo antes de echar a correr por la puerta, me coge por el cuellocon sus inmensas manos de leñador y me estampa fuertemente contra la puertacerrándola a mis espaldas. Me levanta del suelo. No puedo respirar.-Respira- me ordeno. Se que no soy lo bastante fuerte para sacármelo de encimo, lo sé es una simple imposibilidad física. Pero consigo levantar la pierna y meterle una buena patada en los huevos. Después de eso todo pasa muy rápido. Me suelta y creo que se cae al suelo, pero no me detengo para comprobarlo. Abro la puerta y echo a correr lo más rápido de lo que mis pierna son capaces intentando recuperar el aire mientras la música va revotando en mi cabeza.
Localizo una puerta que da al exterior y me dirijo a ella, cuando salgo me doy cuenta de que es un patio interior sin acceso a la calle. El jardín es largo pero no muy ancho, la hierba está perfectamente tallada al igual que los arbustos y los matorrales. Justo delante de donde estoy está la valla de madera de aspecto frágil que da a los vecinos de al lado, debe medir unos dos metros, así que aunque diera a la calle no podría saltarlo.
-¿ Y ahora que hago ?-digo para mis adentros. Pero justo en ese momento la luz del interior de la casa que entra a través de la puerta desaparece. Instintivamente me giro y ahí esta Max con una mirada feroz. Avanza hasta donde estoy en solo dos pasos. Se planta enfrente de mí, y sin darme cuenta, recibo una bofetada que va a para en mi mejilla dejando que el fuego corra por mi cara. Me da tan fuerte que me desequilibra y caigo, me cojo la mejilla con la mano y chillo de miedo. Todo el mundo esta en la parte frontal de la casa. Estoy sola. Lloro, mientras él me mira desde arriba, me arrastro hacia atrás y mi espalda toca la valla de madera. Se oye un grito y unas risas, posiblemente de alguien borracho dentro de la casa. Max se gira, y yo instintivamente busco en mis pantalones mi móvil. Lo encuentro y tan rápido como puedo intento llamar a la policía, pero Max se da cuenta, avanza me quita el móvil y lo tira contra la valla haciendo añicos a mi pobre móvil. Se vuelve me mira y gruñe.
-Te cuido, te protejo, te amo.¿ y así me lo pagas ? No me respetas, y soy tu novio. ¡Yo! Tu me perteneces. ¡Así que respétame!- me escupe a gritos.
-¡No!- digo con la voz rota.
-¿Que has dicho?-pregunta con voz dolida y violenta. Tardo en responder así que me coge por la chaqueta y me agita contra la valla haciendo vibrar las tablas de madera.
-¡ Yo no te pertenezco! Y por enésima vez, tu ya no eres mi novio, ya no eres nada-digo despacio para que lo comprenda todo con claridad, aunque no sea lo mejor. Pero lo entiende a al perfección, me levanta del suelo, me coge por los hombros estampándolos con fuerza contra la valla. Me sujeta para que no me mueva cuando recibo un puñetazo en el costado provocando que me doble por la mitad del dolor. Me vuelve a poner recta y recibo otro en la mandíbula dejándome tonta un buen rato, misteriosamente no grito, pero el dolor es muy fuerte y dudo aguantar consciente mucho más. Esta vez se retira.- Al fin- pienso, pero no ha acabado solo se retira un poco para coger impulso para darme una patada en el estómago, esta vez si que grito, y muy fuerte. Las tablas de mis espaldas se rompen pero la valla no cae, lo hace cuando Max se retira para volver a pegarme en el estómago, esta vez con los puños. vuelvo a gritar y la valla cae en el jardín del vecino y yo con ella. Estoy en en suelo retorciéndome de dolor encima de lo que queda de la valla. Max se vuelve a acercar, pero gimo a gritos.
-¡Vasta por favor!
-Di que soy tu novio entonces- estoy mal pero ni en estas condiciones voy a aceptar eso.
-No.-susurro-y nunca lo seras Max.- se pone encima de mí y me pega una y otra vez. Hasta que se oye el ruido de una arma al cargarse.
-Suelta a la chica.-exige una voz masculina madura. Estoy en el suelo tapándome la cara con las manos así que no veo nada, solo a Max levantándose con las manos en alto.
- Lo siento amigo-dice Max con una sonrisa a medias.-¿Ya nos íbamos, Verdad Olivia?-pregunta sonriendo.
-No, no quiero verte nunca más Max, vete tú.-digo entre sollozos. Max pierde los nervios me levanta por el pelo me coge mientras yo grito, y recoge un trozo de madera de la valla del suelo y lo levanta amenazándome con el.
- Suelta eso- dice con voz cortante, pero no lo hace.-Suelta eso he dicho-repite acompañado de un ruido metálico de lo que supongo que será una pistola. Finalmente Max suelta el tablón, pero no me suelta, aún me sujeta por la espalda con una mano cargando con todo mi peso.
-De acuerdo-dice finalmente. Pero antes de retirarse me empuja fuertemente hacia atrás y mi cabeza da con algo que hace que que la oscuridad me engulla después de notar unos brazos fuertes me recojan.
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Cuando apareciste
RomanceOlivia huye de Max, de sus males, de sus miedos a echar raíces y de su incapacidad para hacerlo. Hasta que de improvisto e inconscientemente y se enamora de Blake. Pero, a causa sus malas experiencias, no quiere estar con Blake y tampoco aceptar qu...