¡Buenos días, Sun! Pensé en despertarte, pero te veías tan tierna durmiendo que no me atreví a hacerlo, lucías como un ángel. Mi nuevo horario de trabajo no me gusta, porque ya no puedo besarte antes de salir por la puerta de camino al restaurante. Así que he pensado en escribirte cartas mientras bebo el café antes de irme, para que puedas leerlas cuando despiertes y al menos arrancarte una pequeña sonrisa. ¿Te agrada la idea?
Se me hace tarde, cariño, lava la taza por mí. Te quiero.
ESTÁS LEYENDO
Una taza de café y una nota para ella
Short StoryPorque desde que llegaste, el mundo ha dejado de verse en escala de grises y ha pasado de verse de los colores más brillantes jamás antes vistos por mis ojos. Porque me has enseñado que vivir sólo es divertido cuando vives en grande, por todas esas...