Terrible Love [completa]

Capítulo 17

Mi mano se alzó en el aire al sentir el dolor quemante. Era ya la tercera vez que me sucedía. Solo ignore el dolor y seguí en mi tarea.

El restaurante estaba a reventar y las órdenes entraban una tras otra. Seguí moviendo el sartén mientras mi mente se trasladaba a esa noche, de nuevo. Desde que había vuelto a ver a Kai, mi mente no estaba en paz. Las pesadillas eran constantes y el miedo estaba presente todo el tiempo.

Odiaba sentirme de esta forma, y para terminar de joder la situación, Damon y yo habíamos quedado en una posición muy incómoda y apartada. Tenía dos semanas sin verlo y todo por Bonnie, ella no quería que tuviéramos mucho contacto. Todavía su imagen la tenía viva en mi cabeza.

Sus pasos me alcanzaron hasta el lago y sabía que lo de la noche anterior no se iba a quedar así. Me paré a la orilla y ella a mi lado. No dije nada, solo esperaba a que ella dijera algo.

—Lo sabes, y no quiero repetirlo una y otra vez —una sonrisa se me deslizó.

Solo a Bonnie se le ocurría volver con el hombre que muchas veces había visto entre mis piernas. En verdad no entendía su relación. Sabía que Bonnie lo amaba, y Damon muy en el fondo también le tenía un cariño, pero de eso a amarla, no me la creía.

—Bonnie, nada está pasando entre Damon y yo, eso te lo puedo asegurar.

—Él ya me lo explico, pero me cuesta creerlo dado a su historia.

—Somos cuñados después de todo, el contacto siempre va a estar presente y lo sabes.

—No soy idiota, Elena, se que Damon te ama a ti.

Negué riendo. No, Damon podía sentir atracción, deseo e incluso cariño hacia mí, pero amor era una gran palabra.

—¿Amor? —suspiré y ella también—. Esa es una palabra muy fuerte, Bonnie.

—Creo que a veces te haces la ciega apropósito —volteé a verla molesta. Elle me veía detenidamente—. Solamente mantén un poco de distancia. Damon está tratando de curarse y tú no eres precisamente una buena cura, eres todo lo contrario a eso, eres su perdición.

Se dio la vuelta volviendo a la cabaña.

Su perdición. Era cierto, yo no cabía en el mundo de él, en su nueva persona. Él mismo me lo había dicho, no en esas palabras, pero sabía que a eso se refería. Debía alejarme y eso haría aunque me costará. Me alejaría para que él fuera feliz.

El plato chocando en el piso y haciéndose pedazos me sacó de trance. April y los demás se quedaron congelados por un momento. Levanté mis manos pidiendo una disculpa.

Me agaché para recogerlo pero April llegó antes de que recogiera el primer pedazo.

—Elena, tomate un descanso —sus manos cayeron en mis hombros—. Yo tomare esto por hoy.

—Pero tenemos muchas órdenes.

—Lo sé, pero también están saliendo —se mordió los labios no queriendo decirme—. Mal. Perdón Elena, pero la comida está saliendo mal, ya van tres platos que nos regresan.

—No, está bien, comprendo.

Me quite el gorro y la Filipina. Le entregue mi mandil a April quién era la segunda al mando.

Salí por la parte trasera y cogí el aire de la noche. Estaba sereno, pero eso me gustaba.

Necesitaba poner mi cabeza en orden, no sabía que demonios hacia. Incluso mi trabajo se estaba viendo afectado.

Saqué la cajetilla de cigarros de mi pantalón y tomé uno, lo prendí y di el primer jalón. El humo se disipó por dentro, saque el resto y deje que mi mente cogiera ese aire relajante. Otro jalón y los pasos que alguien se aproximaba me hicieron tensarme.