desesperados

buen viaje

En un lugar no muy conocido de la ciudad, existe una casa donde la fe en la humanidad vuelve a dar esperanzas. Por otra parte encontramos a un joven con una vida no merecida para ningún joven con una sonrisa tan motivadora. Cristobal es un muchacho de 19 años que escapó de todos los problemas que suprimia a su familia. Una madre que no le interesaba sus hijos, que prefería gastar su tiempo y dinero festejando, una madre infiel. Un padre violento y despechado, alcohólico, obligado a actuar impulsiva-mente por estar condenado a un estrés llamado rutina. Por una hermana mayor que se prostituye por drogas o dinero. Por él mismo, una persona rebelde, violenta, fría, sin amistades. Sin conocer de qué escapar realmente, de su familia o de él.

Una noche de discusiones en la casa, todo explotó, no aguantaba más, corrió hasta su habitación, puso en su mochila lo justo y necesario, se puso sus audífonos, máximo volumen para reproducir su música, sonaba el preso 2023 de kaos etílico, se dirigió a la puerta, pero su padre no lo quería permitir, luego de mucho forcejeo logró escapar y abrir puerta, corrió a lo largo de la calle sin mirar atrás. Luego de esto su vida no volvería a ser igual.

Caminaba por la iluminada ciudad, no sabía que rumbo tomar, sólo siguió caminando por las calles, pasando por bares, clubes, restaurantes, en la esquina donde estaba se escuchaba una multitud, era música, entró a una okupa, sin pensarlo, mientras disfrutaba de las bandas, las cervezas, y sopaipillas, conoció a sebastian, quien más adelante será su gran compañero. Terminando la tocata se hizo camino hacia la plaza central de la ciudad, ahí quiso descansar, aunque muchos pensamientos lo atormentaban, eso no lo hizo cambiar de opinión. Cristobal se durmió profundamente, y tenía muy claro en su cabeza y corazón que esto sería una gran pero difícil aventura...