Capítulo 47. Último guiño de luz.
Cole mira la escena de mamá y Madison con nostalgia. Mi hermana despertó esta mañana con un humor algo silencioso, lo cual era extraño pues ella siempre comentaba alguna cosa en el desayuno. Intenté hablarle pero no me respondió mucho. Entonces, cuando todos nos levantamos de la mesa y sólo quedó Maddie jugando con su taza vacía, mamá se le acercó por atrás y la abrazó con fuerza, besándole la mejilla. Cole lo vio todo, sentí lástima, puede que le recordara a su madre.
Me acerqué silenciosa a él, posicionándome a su lado para mirar también a mi madre en sus momentos de levantar el ánimo. Yo sentía algo de molestia, no era por envidia hacia la escena de cariño de mi madre hacia Maddie, sino porque ella no quiso decirme algo en todos mis intentos por saber lo que sucedía. Incluso parecía harta de todo. Me enfadaba no poder hacer algo para ayudarla, al fin y al cabo yo era su maldita hermana mayor, pero parecía no confiar en mí.
— ¿Estás bien? —inquiero después de suspirar y fijar la mirada en él.
Tuvo un pequeño espasmo de sorpresa, sus mejillas se tiñeron de rojo mientras bajaba la mirada.
—Sí —murmura, o tal vez ese era su tono de voz usual.
—Te veo nostálgico.
—... Supongo que lo estoy un poco —carraspea levemente, mirándome de reojo sólo por un segundo. Parecía querer asegurarse de que podía decírmelo sin que yo reaccione mal.
Asiento y también miro al suelo. Quería decirle algo más, pero la verdad no me nacían las palabras. Primero pensé en decirle que también perdí a alguien importante, pero la realidad es que eso no se compara con perder a una madre. Para él su madre lo fue todo desde que nació, lo noté, vi las fotos en la sala cuando entré a la casa. Todas eran de él o su madre, no había otro hombre o mujer. Sólo ellos. Tal vez por eso intento ser agradable con él, su situación llega a conmoverme.
Luego del silencio incómodo noto que Aika se acerca, entonces decido alejarme lentamente para dejarle hacer lo suyo. Ella tiene más empatía que yo, sabe qué decir para que las personas se sientan mejor. La veo sonreírle y comenzar a hablar, salgo de la habitación cuando siento que me quedo sin aire. Saco el collar con dije de búho y lo sostengo con fuerza en una mano.
Siete meses y todavía me afectaba.
***
—Entonces, señor Valdez ¿ahora saldrá a las calles al fin? —le pregunto al verlo junto al portón, mirando distraído.
—Apuesto a que si pongo un pie fuera de estos terrenos, algún monstruo intentará tenerme como su almuerzo.
—Es muy posible —murmuro. La casa apestaba a mestizo, atraía a cientos de monstruos pero ellos no podían traspasar el campo de fuerza—. Pero, ¿qué sería de nosotros sin esa adrenalina?
Me posiciono junto a él, veo que sonríe de lado. A diferencia del momento en que lo conocí, ahora tiene barba. La cuida al menos, o de lo contrario se vería como un viejo pirata... Y sí, se lo dije.
—A veces quiero salir, Marly. Ir a algún otro lugar, a otro ambiente —respira hondo—. Pero ya estoy encerrado en uno.
—Podrías escapar —aconsejo—. Yo no te acusaré, ya que a diferencia de ti puedo guardar secretos.
Rueda los ojos —Eres una mala influencia para mí.
—Un momento, el adulto aquí eres tú... Me estás enseñando a darme por vencida y resignarme con una vida de encierro —digo dramáticamente, con aires divertidos aunque hablaba en serio.
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Solo soy una Greengrass. (SSG)
FanficMarlee Potter, definirla en una frase es simple. Ella es el fin, y el inicio.