Capítulo 1.

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Era una tarde de otoño cuando sin querer había vuelto a recordar ese fantasma mental que me había perseguido desde aquel día, hace diecisiete años. Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al darme cuenta de algo dolorosamente cierto... a pesar del tiempo todo seguía exactamente igual en mi interior. Todo lo que un día había sentido por él seguía intacto a pesar de tener una familia, un esposo y toda una vida formada con tanto esfuerzo.

...

Los recuerdos me transportaban  a otra época. Solía estar en la escuela preparatoria san Ignacio, la mas prestigiosa del estado. Encajaba de manera espectacular con todos mis compañeros, maestros, directivos, etc. Era un día de invierno, todo estaba nublado mas nunca llegaba a llover, el día había pasado demasiado lento entre exámenes y trabajos por  entregar. Cuando suena la campana de salida sentí  ese alivio de al fin terminar el lunes de la semana mas pesada del semestre, la final. Corrí junto con Sally mi mejor amiga, hacia el estacionamiento hasta llegar a mi auto, un chevi rojo 1999, siendo bloqueado por una exuberante camioneta plateada del año.

-Claro... lo que me faltaba, necesito urgentemente salir corriendo de aquí y me encuentro a este inútil a bloqueando la salida-dije a Sally sintiéndome nefasta.

-¿no sabes quién es verdad? Mas te valdría no decirlo tan alto- dijo Sally divertida fallando totalmente en disimular su sonrisa- ven,  te lo presento y tal vez cambies de opinión.

Nos acercamos a la camioneta y por supuesto... mi cara era de pocos amigos, no tenía el ánimo o la energía para disimular mi mal genio. Cuando llegamos a la puerta del conductor se baja la ventanilla mostrando un modelo de belleza masculina tan increíble que en mi vida había visto; cabello negro, ojos azules, piel exageradamente blanca con unas ojeras que pareciera como si no hubiera dormido desde hacía tres días.

-Sally!! ¡No sabía que estudiabas aquí! ¡Genial verte muchacha!- dijo el sin siquiera fijarse en mi.

-bájate, Ían, ven a presentarte a Clarissa,  piensa que eres un inútil estorbando la salida de su carro.- dijo Sally burlándose de mí, me puse del color de mi auto.

Mientras el bajaba de la camioneta, Ían se mostraba divertido sin alejar sus ojos de los míos.

-¡hola! Soy Ían alias "el inútil" Bertrand ¿y tú?- dijo en tono de mofa y en vez de avergonzarme me enfurecí con Sally por ponerme en esa situación.

-¡hola! Soy Clarissa alias "la chica quien te cree un inútil por estorbar en el estacionamiento" Rosset- contesté disimulando a la perfección mi pena y mi enfurecimiento con Sally.

-¡bien! Ya que se conocen, podrías mover tu camioneta Ían? Muero por irme a comer y la madre de Clarissa hace la mejor lasaña del mundo.- dice Sally sin la menor intención de esconder el buen rato a costa de ponerme en ridículo.

-hasta mas tarde niña- dijo Ían guiñándome un ojo y no pude evitar volver a sentirme del color de mi auto... una vez más.

¿Qué diantres significa eso de hasta mas tarde niña? Nadie me llamaba niña desde los diez años, esto terminó por convencerme de creerlo un total y completo asno... uno demasiado bello para ser verdad.

Al llegar a casa, Sally y yo encontramos a mi madre dando los últimos toques a la lasaña por la cual se había hecho famosa. Ella era chef del mejor restaurant italiano de la ciudad y la gente venía de fuera solo para probar su comida. Nos lavamos las manos y nos sentamos a la mesa puesta como siempre... como un restaurant, y, como ya era costumbre, la lasaña estaba mas que deliciosa, con solo dar un bocado se deshacía en la boca.

Por la tarde terminamos los trabajos pendientes y decidí hacerle una visita rápida a mi padre que vivía a unas cuantas cuadras de mi casa. Mis padres se habían divorciado cuando yo solo tenía 7 años y jamás volvieron a tener buena relación entre ellos, de no ser por mis hermanos y por mí, jamás se hubieran vuelto a ver las caras.

Infierno y Paraíso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora