Capítulo 2

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Ha pasado una semana desde que me prohibí a mi misma pensar de nuevo en Ían,  fallando en algunos momentos por supuesto.

Sally ha estado haciendo su tarea y el resultado no ha sido nada satisfactorio. Esta mañana llegó a mi oficina con cara de tristeza, se sentó en la silla de cuero que tanto le gusta usar para platicar cuando hago trabajo ligero.

-ammm... no se como decirte esto- dice casi en un susurro, como si fueran palabras demasiado difíciles de pronunciar- el ha estado aquí desde hace seis años, llegó siete meses después de tu boda- la miro boquiabierta y lanza un suspiro- el ya sabía que te habías casado, solo que no lo quería creer, tenía que verlo con sus propios ojos y cuando al fin lo hizo... quedó devastado al comprobar que era cierto.

Las lágrimas amenazan con salir sin intención alguna de parar, me di cuenta que estaba sosteniendo la respiración y al fin logro decir:

-¿por que nunca me buscó?

-no quería arruinar tu matrimonio, el te vio tan felíz que no tuvo el valor de interferir.

-valla, si supiera como estoy ahora cambiaría de opinión- hago una pequeña pausa, la idea me golpea la cabeza y la pregunta sale sin pensar- ¿como sabes todo esto?

-hablé con el, llamé a Carmina para pedirle su teléfono y por sorpresa estaba ahí, nunca me lo hubiera esperado, cuando le dije de que se trataba inmediatamente me comunicó- baja la mirada hacia sus manos, toma aire y al fin se anima a decir- Clarissa, el sabe lo que está pasando entre Leonardo y tú- lo dice en tono de preocupación, yo entiendo por que, ella y yo sabemos de lo que es capaz de hacer.

-entonces ya sabemos el por qué de la nota y las flores, no puedo creer que no me buscara, si está consiente de mi situación, creo que debió al menos llamar.

Mis ojos ya no pueden detener las lágrimas, estallo en sollozos, tapo mi cara con las manos como si estuviera avergonzada. No puedo creer que tenga seis años viviendo en México y no me haya  enterado, no puedo creer que no haya intentado buscarme ni una sola vez. La devastación que ahora son mis emociones, empieza a destruirse aun mas de lo que ya está. Veo como el mundo se derrumba ante mis pies y ahora no se que es lo que siento, no se si estoy enojada con el por no haberme contactado o estar agradecida por haberme dado mi espacio. Todo es demasiado confuso y no puedo digerir la información que acabo de escuchar.

Sally se acerca a mí y solo me abraza, ella me conoce bien y sabe que solo necesito tiempo para desahogarme. Levanto la cara y en cuanto lo hago susurra en forma de disculpa:

-Clarissa, el está devastado también.

Veo la hora y son las doce treinta, le pido me espere para poner en orden los asuntos del día que faltan por atender. Cuando al fin termino, salimos al estacionamiento, en ese justo momento veo el auto de Leonardo estacionarse. Lo último que necesito es verlo y hablar con él, no después de haber escuchado todo aquello que Sally acaba de decirme. Sin embargo no tengo otra opción. Leonardo se baja de su auto y se dirige a nosotras con expresión curiosa, conozco esa mirada, es la que hace siempre que sabe que tramo algo.

-hola Sally, hola amor, ¿ya te vas?

-si, había quedado de comer con Sally desde la semana pasada y no habíamos tenido oportunidad. Danna recogerá a los niños de la escuela, la comida está hecha así que solo tienes que ir a comer con ellos.

-muy bien, ¿segura que estás bien? Te veo muy pálida de nuevo.

-estoy bien, solo estoy un poco cansada, te veré en la noche.

-bien, hasta luego Sally, hasta la noche amor, me quedaré esperándote.

Se acerca y me besa la mejilla, no se que es el sentimiento que tengo en este momento, de pronto siento demasiada ira reprimida hacia él, a la vez que me posee un estúpido sentimiento de culpa, como si estuviera siendo infiel. De pronto me doy cuenta de algo que no me agrada en lo absoluto. Aun amo a Ían, pero también amo a este hombre que ha hecho de todo para que lo perdone por su infidelidad.

Infierno y Paraíso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora