Capítulo 6

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-Creo que deberías empezar por hacer una prueba de ADN, son en realidad muy sencillas, solo necesitas un cabello o una muestra de saliva- dice Alexander en tono tranquilo y paciente, creo que intenta no preocuparme más de lo que ya estoy- cualquiera que sea el resultado, no creo que debas darlo a conocer por lo pronto, y por supuesto que esto no debería afectar tu decisión, esta es una de las casusas por las que me incliné por la hipnosis como alternativa hacia ti, aunque ahora creo que ya es tiempo de dejar de lado cualquier desconfianza, Clarissa, este es un asunto muy delicado y no podemos andarnos por las ramas.

Se que tiene razón, creo que voy a tener que abrirme de canal, pues es cierto, este es un asunto demasiado delicado.

-tal vez deba decírselo a Leonardo, tiene derecho a saber, después de todo el ha sido el padre de Raziel los últimos seis años, y sea cual sea el resultado no creo que su amor por mi pequeño cambie en lo absoluto.

-esa es decisión tuya, y por lo visto una que has tomado sin mi consideración, así que al parecer la terapia está funcionando, te espero el lunes a la misma hora de siempre, para cualquier imprevisto, llámame al móvil, con gusto te atenderé sin importar la hora.

-gracias, Alexander, te dejaré saber.

Al llegar a casa, Leo se dispone a salir con los niños, creo que tenían planeado ir al parque de diversiones. Cuando veo la escena, Leonardo poniendo las chaquetas en los hombros de Julia y Raziel, asegurándose de que estén bien abrigados, besándolos y abrazándolos, mi corazón da un vuelco. No tengo la menor idea de cómo tomará Leonardo la noticia de la que me acabo de enterar, después de todo el no sabe casi nada de Ían, el solo sabe que lo quise mucho y que es mi exnovio, pero nada mas, ni siquiera puede imaginarse lo que está a punto de venir.

-¿van de salida?

-si, amor, les prometí a los niños que hoy solo seríamos los tres, hace mucho que no hacemos una de nuestras salidas y aunque esta frio afuera, el sol hace del día precioso, así que ¿Por qué no?

Mis ojos empiezan a acalambrarse por las lágrimas que quieren salir, Leo nota mi expresión y nos aleja de la entrada tomándome por el brazo con mucho cuidado.

-¿Qué pasa, cariño? ¿Algo con tu terapia?

-tengo que hablar contigo, pero será mejor que lo hagamos después, ahora es mejor que disfrutes de los niños, soy solo yo con mis fantasmas, nene. No te preocupes.

Me tiré a sus brazos y el me rodeó, por primera vez el bastante tiempo, volví a sentirme segura de nuevo. Es el efecto Leo, el logra hacerme fuerte cuando estoy a punto de caer.

Cuando ya se han ido, llamo de inmediato a Sally, tiene que saberlo, pero se encuentra en una cirugía de emergencia, así que no me queda otra opción mas que esperar.

Al caer la noche, llega Leonardo con los niños ya dormidos, lo ayudo a acomodarlos en sus camas y nos vamos directo a la nuestra. Decido que es tiempo de que se entere de lo que está pasando, así que nos sentamos en el sofá y mis lagrimas empiezan a caer.

-cariño, ¿Qué pasa? Has estado extraña desde que regresaste de tu terapia, dime, sabes que cuentas conmigo en todo- su rostro mostraba la preocupación que sentía.

-lo se, tengo algo que decirte pero no se como hacerlo, es algo demasiado difícil y no se como lo vallas a tomar.

-bebé, lo que sea, atravesaremos por lo que sea, juntos, dime.

Mi boca empieza a tener un sabor a vinagre cuando estoy a punto de hablar.

-en la grabación que tuve hoy, me di cuenta de algo, y podría cambiar para siempre la vida de Raziel. Tengo mucho miedo de cómo lo puedas tomar.

Infierno y Paraíso...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora