-¿Cómo te enteraste, Ían?
Un mesero nos interrumpe:
-buenas noches, la carta.
-no necesitamos carta, traiga una botella de "Briego Infiel" y dos copas. No se moleste en mostrar el vino de regreso.
El camarero salió disparado del susto ante el tono iracundo de Ían.
-¿y bien? -insistí
-¡eso no es lo que importa! ¿Vas a decirme por que coños nunca me dijiste nada?- dijo apretando sus dientes, la furia contenida en su mirada me dio demasiado miedo.
-por que hasta este sábado, ni siquiera yo lo sabía, lo había olvidado por completo gracias al alcohol, es por eso que estoy aquí, necesito una prueba de ADN.
-¡ha! Pero claro que haremos una prueba de ADN, ¿en realidad crees que me quedaré con la duda si tengo un hijo?... espera- hizo una pausa como queriendo recordar algo- ¿fue la noche en que te encontré en aquella fiesta?
El camarero volvió a interrumpir, dejando su encargo en la mesa a toda velocidad y saliendo del privado como un rayo. La mirada de Ían hacia el pobre chico podría prenderle fuego.
-así es, y antes de que te diga a lo que vine... ¿me vas a contar como te enteraste?
-no, no hasta que me digas que es toda esta mierda que está pasando.
-Ían... yo...-estoy a punto de llorar, no sé como podré seguir hablando y lo veo realmente angustiada, entonces interrumpe.
-¡nada de Ían... yo...! Estoy realmente hecho la mierda contigo, he perdido casi nueve años ¡nueve años! Sabias perfectamente que siempre deseé que Raziel fuera hijo mío, y mas aun cuando lo conocí, que pude ver que es tu copia exacta- empieza a llorar ¡por Dios! ¡Realmente está llorando!- me quitaste lo mejor que me pasó en la vida y yo ni siquiera estaba consiente de eso.
Entonces ese resentimiento del que hablaba Alexander mas temprano hizo gala de su presencia de nuevo.
-¡¿yo?! ¡Yo ni siquiera sabía que podría ser tu hijo! ¡¡Tu me dejaste cuando mas te necesitaba, por el amor de Dios!! ¡¡qué diferencia habria!!- mi voz se fue en picada, entonces solo podía susurrar- ¿con que derecho vienes a reclamar? Tuviste tu oportunidad y me alejaste, te fuiste sin siquiera despedirte, tuve pesadillas durante un año, y tú lo sabías, Raziel pudo haber crecido a tu lado, esto no estaría pasando si te hubieras quedado a mi lado, Ían, o si me hubieras llevado contigo, yo me habría ido hasta el fin del mundo por seguirte, por que en realidad te amaba, ¿entonces vienes siete años después a reclamarme que es mi culpa? ¿Acaso no vez que no tiene sentido?
-lo sé- respondió casi sin voz- me he culpado por ello todos estos años, si yo hubiera peleado por ti, Raziel realmente sería mi hijo, pero ya no puedo hacer nada para cambiar el pasado, ahora estás con una persona que amas, y por lo que sé, el también lo hace, solo es un hombre como yo, cometió un error y está pagando las consecuencias.
Hicimos un largo silencio mientras bebíamos las copas de vino, creo que al fin Ían estaba dándose por vencido, y por mas dolor que pudiera sentir por dejarlo partir de nuevo, tenia que enfocarme en lo que tenía que decir. Así que tomé un largo suspiro y me llené de valor.
-Ían, Jason se volvió a presentar, interceptó a Raziel el viernes antes de que mi madre llegara- podía ver la ira crecer de nuevo en su rostro y cuadrarse de hombros- y ayer por la noche de regreso a casa, estaba esperándome, estaba dentro de mi cochera y me amenazó con verlo por las buenas o por las malas. Por eso necesito la prueba de paternidad, al menos una esperanza para que nos deje en paz de una vez por todas, por favor Ían.