El extraño de la noche.

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Tsuna:

Como siempre Reborn me metió en un lío y propuso algo irracional, ir a Namimori en la noche y hacer un entrenamiento especial. Como es costumbre me obligo a ir sin tomar en cuenta mi opinión. Una vez llegue a Namimori, busque por todos lados y no encontré a nadie.

Sin embargo cuando giré un poco mi cuello al oír un extraño sonido, vi una sombra salir de la escuela. En ese momento mi única reacción fue miedo, pues no sabia que era y le temía a los fantasmas. En ese momento no sabía que el estar esa noche en Namimori me causaría problemas, con alguien peligroso.

*A la mañana siguiente, temprano ya en la puerta de Namimori*

Tsuna: Ahh... si llego tarde otra vez me mandaran al pasillo

Apresurándose a llegar, empezó a subir las escaleras cuando intempestivamente se chocó con alguien.

Tsuna: Moo.....esta vez con quien o que choque........ "se paró un poco adolorido"

Hibari: Te atreves a hablarme de esa manera?! "Miro algo molesto al castaño"

Tsuna: N-no era lo que trataba de decir....es solo....por favor no me muerdas hasta la muerte.....

Hibari: Al parecer aun te queda un poco de cerebro en esa cabeza tuya "Sin decir nada más el pelinegro se fue"

Tsuna: Uff....por lo menos no me golpeó como siempre hace con los demás, ahora debo apresurar me "corrió lo más que pudo y entró a su salón de clases"

Tsuna:

Cuando choque con Hibari-san, me di cuenta de que estaba un poco preocupado aunque no lo pareciera. Me pregunto, ¿que habrá pasado?; Hibari-san no suele preocuparse por otra cosa más que no sea Namimori. Supongo que puede arreglarlo.

Mientras estaba en mis pensamientos, el profesor me regaño y me dijo que como castigo debía arreglar la biblioteca después de clases. Últimamente no hago nada más que meterme en problemas, desde que llegó Reborn han pasado muchas cosas y no he tenido tiempo de pensar en todas ellas. Tal Vez hoy pueda tener tiempo, después de todo ellos no estarán así que podré tener algo de tranquilidad.
Después de clases me dirigí a la biblioteca, esta tan vacía que podías oír como soplaba el viento entre los árboles de Sakura. Poco después de empezar a acomodar los libros, sentí una presencia hostil cerca mio; voltee y ahí está Hibari-san.
Parecía estar leyendo un libro muy complejo para mí, no quería cruzar palabra alguna con él; por que no se como reaccionaria él. Por un momento, pude sentir una extraña presencia que no pertenecía a nadie que conociera; esa presencia al parecer también lo sintió Hibari-san, dejó el libro sobre la mesa y salió de la biblioteca.
Yo a lo único que pude hacer es irme a casa, pensando en todo lo que había pasado y la presencia que sentí. Una vez en casa le conté a Reborn sobre lo que había sucedido, y no encontró explicación alguna; luego de eso vi como se fue de casa y no regreso en toda la noche.

* Al día siguiente...*

Desperté, baje hacia la cocina para tomar mi desayuno y asistir a Namimori como siempre, cuando vi a mi padre llegando. Era muy raro que él estuviera en casa, además siempre mentía sobre sus viajes y su trabajo; eso no era de extrañar puesto que yo sabía que trabajaba para la mafia y específicamente para los Vongola. Sabiendo todo eso, era especialmente raro que viniera si no era por asuntos que le eran convenientes. Los más raro es que Reborn y él fueron a conversar solos en la sala, pidiendo que nadie los moleste.
Yo por supuesto me dirigí a Namimori, no esperaba volver a llegar tarde o tener otro castigo.
Cuando llegue a Namimori vi a todos los integrantes del comité disciplinario en la puerta, claro que ahí también estába Hibari-san; debió suceder algo muy grave para que Namimori este tan resguardada.

Regalame una Noche (EN PROCESO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora