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Narra Thomas

Hoy me levanté tarde. El sol estaba radiante y el clima fresco, era un domingo precioso. Me había mudado hace poco a esta hermosa ciudad con mi madre. Tan solo había pasado una semana y ya estaba completamente enamorado de Los Ángeles.

Me levanté de la cama, me fui al baño de mi alcoba y me metí un duchazo de agua fría. Al salir me sequé el cuerpo y me puse un polo rojo con unos caquis color arena. Salí del baño y me puse unas converse blancas para ir a la cocina, ahí estaba mi madre esperándome con una linda sonrisa:

—Buenos días bebé— se acercó y nos abrazamos

—Buenos días ma, ya te dije que no me digas así—hice un puchero y me senté en la mesa, ya estaban servidos los waffles

—Yo te digo así si quiero, soy tu madre... ¿Quieres jugo de sandía?—Me preguntó y asentí, ese es mi jugo favorito

Al acabar el desayuno subí a mi alcoba y me tiré a la cama, me quedé ahí mucho tiempo, mirando al techo, pensando en como sería mi primer día en la nueva escuela, estaba nervioso, ¿Qué pasaría si me molestaran? ¿Y si no conseguía amigos? Tenía un mundo en mi cabeza, un mundo lleno de dudas y molestias, aunque también alegrías, porque había logrado mudarme a un lugar mejor con mi madre y mañana sería una nueva oportunidad para empezar e nuevo y debía aprovecharla, rechazando cualquier miedo.

Pasó un largo rato mientras que yo seguía en la cama y pronto recordé que debía comprar un cuaderno cuadriculado que no había encontrado al hacer la compra de útiles escolares hacía ya dos semanas. Agarré mis llaves y bajé las escaleras, abajo estaba mi madre hablando por teléfono, me contó que saldría a comer burritos con Daisy, su mejor amiga. Me despedí de ella y me fui caminando a Walmart, que se encontraba a tan solo 10 cuadras.

Estaba caminando y me choqué con un chico ojimiel, alto y delgado. Era simplemente hermoso, estaba seguro de que me había sonrojado en ese preciso instante, le pedí disculpas (por chocarme con él) y me sonrió. Ambos seguimos por nuestros caminos.

Llegué a Walmart y fui a la sección de cuadernos, habían hermosos cuadernos con fotos de animales como cachorros y gatitos, pero opté por un simple y aburrido cuaderno blanco. Fui a la caja:

—Hola buenas tardes, bienvenido a Walmart—le sonreí y pasó el cuaderno

—También estos chicles de menta—se los pasé y sonrió

—Ok, serían 7 dólares

—Ok—le alcance los 7 dólares

— Hasta luego, vuelva pronto— me respondió y le sonreí

Salí de la tienda y caminé de vuelta a casa, mi mamá ya no estaba así que me preparé una ensalada. Esta tenía palta, tomate, papa, lechuga y huevo duro. Subí a mi alcoba con el bowl de ensalada y me puse a ver videos.

No sé como pero me quedé dormido después de una hora y media viendo videos en YouTube. Soñé con el ojimiel que me había encontrado en la calle horas antes, estaba caminando y me topé con el de la misma forma que antes, no sucedió nada más, fue tan solo un flashback.

Nuestro Secreto CompartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora