Me subí al autobús. Íbamos a una excursión. A la montaña. Que aburrimiento. Llovía mucho y la carretera estaba empapada y resbaladiza.
Esto va muy despacio. Demasiado.
De repente, empiezo a escuchar gritos por encima de la música que sonaba a través de mis cascos. No le doy importancia. El autobús empieza a ir muy rápido. Escucho más gritos aunque aun tengo los cascos puestos. Miro hacia delante.Estamos cayendo.
El conductor no esta consciente. No sé que ha pasado.
Estamos cayendo por la ladera de una montaña.
Vamos demasiado rápido. Miro hacia atrás buscando alguna manera de salir del autobús pero lo único que veo es terror en los rostros de los demás que están en el autobús. Unos chicos se han tirado por una ventana. O eso creo pues hay un cristal roto.
Trato de calmar el impulso de pánico que me da y voy hacia el conductor. Le quito del asiento con facilidad pues sigue inconsciente. Me siento en su asiento y piso el freno. No funciona.
El autobús choca contra un árbol demasiado grande. La parte delantera se dobla atrapándome entre dos grandes paredes metálicas.
Siento dolor y algo viscoso cayendo por mi cara. Levanto mi mano hasta donde creo que esta y noto algo caliente. Es sangre, mi sangre. Algo me ha dado pero no sé el qué.
Veo todo negro y borroso. Alguien grita mi nombre y algo más que no logro comprender. Se escucha todo demasiado lejano. Lo último que consigo oír es:
-¡Mirad su cabeza! ¡No tiene...!-No llego a oír todo. Sé que dijo algo más pero solo percibo zumbidos. Y mis ojos, aun que no estén cerrados, solo ven manchas negras, las cuales aumentan hasta el punto de volverse todo negro.
Me he desmayado.
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Dos almas en un cuerpo
Short StorySolo somos almas encerradas en cuerpos que las corrompen y las ensucian.