Simples vecinos. Un amor no correspondido.
Yo simplemente quería amarlo.... ¿Por qué dejaste que llegara hasta esto, Jinwoo?.
AVISO IMPORTANTE.
No me hago responsable de todas las posibles quejas en el futuro sobre la historia. Es una historia más...
Viernes por la noche, eran las 01:30 am estaba frío y podía sentir su cuerpo calarse de frío. Sus dientes temblaban mientras intentaba cubrir el cuerpo con la pequeña chaqueta que había prestado Honnie para él. No sabía en qué momento había rechazado la invitación del chico de no quedarse en su casa, pues realmente la noche estaba fría y demasiado oscura, más que lo normal.
Alguien abrazó su delgado cuerpo y cubrió su nariz con un pañuelo, conocía el olor... Cloroformo. Su cuerpo se venció morenos brazos adversos en los gruesos y cayó.
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Dejé su delgado cuerpo sobre la cama que había preparado para él o mejor dicho, nuestra cama. Ahora éramos como esposos, ¿no es así?. Su bello rostro tan angelical que me volvía loco, dejé que la yema de mis dedos rozaran sus dedos; sus bellos ojos castaños se abrieron y sonreí enamorado.
ㅡHola cariño, ¿Dormiste bien? Te observe toda la noche, es hermoso mirar tu rostro mientras duermes. ㅡ Llevé mi mano hasta la nuca y rasqué entre las hebras de mi cabello que sobresalían de aquella zona. Sonreí de costado y le miré una vez más. ㅡLo siento, no debí decirte eso, voy a darte miedo. Yo cuidaré de ti ¿ok?. ㅡ Lo vi temblar, mientras sus ojos se cristalizaban y automáticamente mi sonrisa se borró de mi rostro.
El pulgar de mi derecha se paseó por sus mejillas que ahora se encontraban frías y pálidas y le sonreí apenado. ㅡConfía en mi, ¿si? Cuidaré de ti día y noche. ㅡ Sonreí lo suficiente hasta casi cerrar mis ojos, lo vi temblar ante mi tacto, realmente pensé que aquello le gustaba y mi corazón se aceleró de la emoción, pero aquello acabó cuando comenzó a tirar de sus manos queriendo quitar de las esposas que se aferraban a sus muñecas. Solté un pesado suspiro y moví mi cabeza de un lado a otro. ㅡNo te desesperes, te lastimarás. ㅡ Jinu comenzó a gemir desesperado, agradecía por un momento que hubiera colocado aquella mordaza de bola roja en su boca, por lo que llevé ambas manos a sostener su delicado rostro. ㅡSi guardas silencio, quitaré esto por ti ¿Ok?. ㅡ Y lo vi calmarse en un par de minutos, solo sollozaba; por lo que como prometí quite de la mordaza ¿Y qué recibí? Jinwoo me escupió, haciéndome enfadar, por lo que deje caer mi pesada mano sobre su mejilla, dejando marcados mis dedos en la zona.
ㅡ¡NO ME HAGAS ENOJAR OK! ¡NO QUIERO LASTIMARTE!. ㅡ Dije llorando mientras repartía besos por sus mejillas que se encontraban perladas por las lágrimas provocadas por mi. Él no dejaba de moverse, pero le entendía estaba enojado.
ㅡDejame ir, por favor...ㅡPor primera vez en mucho tiempo había escuchado su voz de cerca, pero está se quebraba del miedo que yo le provocaba. Dolió, llevé mi mano hasta su mejilla y negué con la cabeza. ㅡPor favor...ㅡSusurró una vez más, me sentía desesperado, llevé mis manos hasta mi cabeza y tiré de mis hebras. ㅡCállate, cállate Jinwoo. ㅡ Dejé mi cuerpo caer entre la cama y el buró mientras movía de un lado a otro y golpeaba mi cabeza contra la pared. ㅡ¡ERES UN PUTO ENFERMO!. ㅡ Mi pequeño ángel me había gritado de aquella forma haciéndome enojar, por lo que me paré consumido por el coraje me coloque sobre su cuerpo al subirme a nuestra cama, y puse la mordaza sobre su boca, no sin antes robar un beso de ellos aunque a él no parecía gustarle. Tiré de su pantalón y su bóxer con fuerza, rasgándolos para deshacerme de ellos y bajé los míos sacando mi hombría erecta. Realmente me excitaba cuando me hacía enojar, era un pequeño juguetón; escupí mi mano y lubrique mi erección dejando que mi glande se paseara entre sus nalgas encontrando su entrada y de un golpe penetrarle.
Era tan estrecho que dolía, pero eso me excitaba más por lo que comencé a moverme con rudeza dentro de él, escuchaba sus gemidos de dolor y disfrutaba las lágrimas que corrían por sus mejillas. Llevé mi diestra a sostenerse del cuello de Jinu, hasta el punto de asfixiarlo mientras le penetraba, realmente lo estaba disfrutando tanto como él.
Uno, dos, tres, cuatro embestidas y me corrí dentro de él, mientras Jinu permanecía inconsciente. ¿Se había desmayado por qué le había gustado? Mi pequeño príncipe era una ternura, realmente encantador.
Salí de él dejando un beso sobre su cuello, cubriéndole con la sábana y fui a preparar nuestra primera cena romántica.
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