Llego a mi cuarto y cierro la puerta. Era increíble que esta situación se me saliera de las manos y que de paso me tomara por sorpresa. No pensé y tampoco me alcancé a imaginar que Michael iba a recogerme y traerme de vuelta.
Me quito toda la ropa y me coloco el pijama. Deshice mi cama y me metí en ella, no logré conciliar el sueño. Simplemente miraba hacía al techo y pensaba tantas cosas, pero no le encontraba respuesta a ninguna de mis preguntas, o alguna alternativa para que pudiera estar en paz conmigo misma. Realmente era una pesadilla, que no sabia cómo ponerle fin.
No podía no dejar de pensar en que me puse a beber con Michael y que casi sucede lo que nunca debió pasar... Fue algo insignificante, porque no paso a mayores como un beso o quién sabe qué más.
Pero no quería meterme esa absurda idea de que en algún momento me podría llegar a gustar, creo que primero me mataría donde pase una cosa de esas; además seguro Lisa, me tendría fichada y claro quién se aguantaría a las locas de Karla y Karlota, bien chismosas y metidas que son. Qué horror, la verdad.
~***~
Al día siguiente me levanto temprano y organizo la mesa para que Michael baje a desayunar. Hice unos panqueques, jugo de naranja, un poco de café y tostadas. Acomodo todo en su lugar y luego de haber dejado todo perfecto, me dirijo de nuevo a la cocina. Karlota y Karla aún no habían llegado de sus descansos, pero habían otras empleadas del servicio que me ayudaban con lo del almuerzo. Una de ellas, se llama Celeste.
-Tienes que subir al segundo nivel a despertar al Sr Jackson.
-¿Y por qué yo? -Respondo.
-Porque eso ordenó el Sr Jackson anoche.
-No puede ser. -Murmuro- Esta bien, iré a despertarlo -No me quejo... Simplemente acomodo mi uniforme y subo hacía el cuarto del Sr Jackson.
Al llegar, entro cautelosamente, abro las ventanas una por una. Escucho como se mueve la cama, así que fijo mis ojos hacía esa dirección y me encuentro un rostro adormilado.
-Buenos días Sr Jackson. Ya son las 8:30 de la mañana, su desayuno ya está preparado, cuando quiera, puede bajar.
-Muchas gracias, María. -Me mira con sus ojos somnolientos y profundos.- María, ¿podrías prepararme el baño, por favor? -Yo me quedo quieta y no me inmuto. En segundos despabilo.
-¿Eso no lo hace Karla o Karlota? -Pregunté dudosa y totalmente confundida. Esto va por otro lado y no me está gustando nada.
-Sí, pero quiero que sea usted. Además ellas no están, ¿No lo recuerda? -Responde con voz ronca, mientras se arrastra a la orilla de la cama.
-Sr Jackson, le puedo preparar su ropa, arreglar su cama y limpiar su mesa de noche y sus cosas, pero no me obligue hacer una tarea que a mi no me corresponde. Con permiso. Feliz resto de día, recuerde que su desayuno está abajo y se le puede enfriar. -Dije mientras me dirigía al picaporte de la puerta.
-¡No! -Exclama- Te dije a ti y quiero que seas tú -Freno en seco y no puedo creer lo que está sucediendo- No desobedezcas, niña malcriada.
-Per... -Me puse pálida y lo miro. Su rostro reflejaba enojo. Suspiro y me dirijo al baño, arreglo su tina, le pongo sus hierbas y salgo -su baño está listo, Sr Jackson.
Me detuve a pensar porque no actúe como suelo hacerlo. En la mansión a cada una de las señoras y señoritas del servicio, les tienen tareas asignadas, pero yo hice algo que a mi no me corresponde. Sin embargo, protesté pero después seguí la orden a regañadientes.
-¿Desea algo más Sr Jackson? -Dije, antes de irme a terminar con las demás labores de la casa.
-Sí. Dile a Celeste que suba mi desayuno y deseo que te cambies esa ropa y te coloques algo que usarías para salir, te quiero invitar a un lugar. -Yo quedo petrificada y lo miro atentamente.
-Un momento Sr Jackson, -lo miro incrédula- yo no puedo salir en mis horas de labor.
-¿Quién es el Jefe y dueño de esta casa? -Me mira fijamente.
-Usted, pero... -Lo miro entre cerrando mis ojos e hice una pausa -No. No haré eso que usted me pide. Estoy en horas de labor, si fuera sábado o domingo, quizás un día festivo, hasta lo acompañaría a los siete mares y hasta le haría caso, pero usted no me va manejar a su antojo, sólo porque es el rey de esta casa. Con permiso.
Ahora sí, esta era la María que yo conozco, pensé dentro de mi; la que no se deja manipular de los encantos de un hombre, eso sí que no. Lo miro fijamente y le fulmino la mirada, giro sobre mis talones y me dirijo hacia al picaporte. Luego me detuve ahí y susurro:
-El hecho de que su hermana haya estado mal ayer y le haya colaborado a controlar la situación, no quiere decir que se aproveche de mi confianza. Además no te he dicho el por qué te odio.
Cuando termino de decirle eso, abro la puerta y la azoto. Me dirijo hacía la mesa principal, bajo las escaleras algo despacio ya que no podía creer mi reacción en ese momento y cuando llego, le anuncio a Celeste.
-Manda a decir el Sr Jackson que le suban el desayuno.
-Ya no es necesario. -escuché una voz muy familiar, acercándose al comedor- Desayunaré aquí -Dijo el Sr Jackson, mientras se sentaba en la mesa y colocaba el pañuelo sobre su regazo -María, sube a mi cuarto y ordénalo, por favor.
-Claro Sr Jackson, iré inmediatamente-. Asiento y voy directo hacía su cuarto.
-Ha estado algo manejable la joven o ¿usted qué dice Celeste? -Michael le pregunta a la mujer del servicio y la mira de re ojo, mientras aclara la garganta.
-Sí, se levantó de buenas pulgas hoy. -Responde, mientras le servía algo de jugo de naranja a Michael.
-y, ¿usted sabe por qué? -Pregunta mientras se mandaba un trozo de comida a su boca.
-No Sr Jackson, ¿Cómo está su desayuno?
-Está en su punto Celeste, muchas gracias.
Reviso bien el cuarto, haber si necesita una limpieza general. Veo en la mesa de noche una nota que dice: "Para María", me extrañé muchísimo, porque...No habría motivos suficientes para que él dejara una nota. Pero entendí el porque me había mandado a limpiar su cuarto. Vaya excusa. Así que la tome curiosamente y miro su contenido.
"Mira María, no sé qué daño tan grave hice, pero... Sinceramente quiero que nos llevemos bien, te daré el permiso de salir un poco más temprano. Una de las limusinas te recogerá a las 4:00 de la tarde y te llevará a un restaurante al que te quiero invitar. En mi guarda ropa hay una sorpresa para ti, quiero que la veas. Michael."
Mandé mis manos a mi boca de lo sorprendida que estaba, definitivamente esta vez me cogió a quema ropa y me dejó entre la espada y la pared, ¿qué debía hacer? ¿En realidad lo odiaba tanto? Supongo yo que esta "cita" podría revelar realmente como es Michael y que siento por él. Aunque en realidad cuando lo veo me dan ganas de ahorcarlo, su presencia es infernal para mí cada día de mi vida... ¿O no? Ya estaba confundida la verdad.
Muchas gracias por leer, creo que la extendí un poco, pero era justo y necesario. Muchas gracias a las personas que leen esta novela, ha tenido muy buena respuesta por parte del público, seguro son de buenas a esta, gracias. Con amor, Catalina.
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Casados a la fuerza © [TERMINADA] #Sakura2019
Romance"No podía verlo, me daba ira máxima, con sólo sentir su presencia". Lo que ella no caía en cuenta, es que del odio al amor, sólo hay un paso. María, la criada mas joven de la mansión Neverland, donde actualmente vive Michael Jackson, el famoso c...