Siempre quise ser normal, pero todo era superior a mí.
Sí, así comienza mi vida. No somos una familia normal por mucho que yo he insistido. Soy Liv, una chica de dieciséis años que vive en Noruega con agentes secretos como padre adoptivos. Mi nombre significa protección y me lo pusieron porque querían que fuera fuerte. Antes vivía en Francia, Alemania o algún otro lugar de Europa, la verdad es que no sé dónde vivía pero lo que sé es que el centro adoptivo me mandó aquí. Soy de estatura media, ni muy alta ni muy bajita. Tengo pecas por toda la cara. Soy normalita, pero lo que más le fascina a la gente de mí: es mi pelo, soy pelirroja, y mis ojos azules.
Mi vida comienza cuando estaba en el centro adoptivo porque mis padres biológicos no tenían suficiente dinero como para tener una casa y formar una familia entre todos (o eso es lo que me han dicho siempre). A día de hoy, me pregunto si todavía siguen vivos. Aun así, me lo pasaba bien con mis compañeros, no sabía muy bien lo que pasaba. Solo recuerdo que un día una familia un tanto extraña vino a buscarme como si me conociera de toda la vida. Al principio no sabía que eran agentes secretos pero sospechaba.
Cuando tenía más o menos diez años me contaron todo. Ellos simplemente me adoptaron porque uno de los educadores (también agente) del centro había visto en mis cualidades que no tenían otros niños. Y tenían razón, siempre he sido una niña muy curiosa.
Me han preparado para sentir lo justo y nada más. He pasado desde los diez hasta los dieciséis haciendo ejercicio diario para estar preparada. Por eso mismo me gustaría tener una familia normal y no ser espía.
Cuando tenía once años fui a mi primera misión. Era una tontería pero a mí me gustaba la idea de ser espía por un momento. La misión consistía en averiguar si a un niño le estaban acosando. Este tipo de misiones eran las que nos ponían a prueba en ese momento y decidían si seguías en la empresa. He hecho un total de veinticinco misiones. Mi última misión fue la del año pasado, cuando tuve que averiguar si la policía de aquí estaba mandando armas negras a Corea del Norte.
Hace poco en la agencia ha habido un debate sin solucionar de mi próxima misión. La mayoría piensa que en el Instituto de Roma, Italia, están pasando cosas muy extrañas sobre los microchips controladores. La otra mitad cree que procede de la fábrica que ha empezado a fabricarlos. Lo que no sabemos es si hay más fábricas de este tipo por todo el mundo. Como no es un tema muy importante, nos han dejado a los principiantes averiguarlo. Si me cogen para hacer esta misión no iré sola. Será la primera vez que vaya a un instituto ya que siempre he tenido que estudiar en casa. Ya veré que hago para arreglármelas.
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Liv, investiga la realidad
Teen Fiction"Siempre quise ser normal pero todo era superior a mí" Liv es una chica de dieciséis años cuyos padres son agentes secretos. Ella quiere ser una persona normal pero la profesión de sus padres le obliga a ser ella también una agente secreto. Quiere d...