Capítulo treinta y nueve. Déjalo ir.

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Narra Marcos.


—¿Pero a ti qué cojones te pasa tío? —preguntó Álex enfadado. Pasé mis manos por mi cara con frustración.

¿Acaso nadie me entendía? Él mismo estaba enamorado perdidamente de Ana y era el que más debía comprenderme. James había salido detrás de mí corriendo, pero conseguí despistarlo, sinceramente no me apetecía tener esa conversación que yo sabía que hacía falta. No me veía con fuerzas para afrontarla.

Sí, había dicho que quería a Anastasia delante de sus narices. Sí, no me arrepiento de haberlo hecho. Sí, he tenido que controlarme para no besarla. Y sí, no he mencionado el beso que ocurrió entre ambos porque, a mi parecer, es un tema que debe tratar ella. Tengo asumido que James y Anastasia son novios, por eso mismo ella debe hablarlo con él, pero por otro lado, nadie puede impedir que sienta lo que siento por ella. Ni yo mismo consigo dejar esos sentimientos de lado, dudo mucho que otra persona sea capaz de controlarlos. Siempre me han dicho que los sentimientos son algo que no se pueden cambiar y lo verifico. Nunca podréis cambiar lo que sentís hacia una persona por mucho que os lo propongáis. Es imposible. Lo único que puede conseguir que éstos desaparezcan es el tiempo.

—¿Por qué James siempre tiene que ir contando las cosas? ¡Son sus cosas privadas! Que las afronte él solo. —me quejé irritado.

—¡Tú también me acabas de contar la historia! —contraatacó de la misma manera.

—¡Porque tenías que escuchar las dos versiones de la historia!

—Sigo pensando que eres un capullo. —alcé ambas cejas y lo miré anonadado. ¿Por qué siempre acababa yo como el malo de la historia?

—¿Pero y yo por qué? —me levanté sentándome en un viejo banco que había en el parque.

Francamente no tenía ni idea de cómo habíamos acabado allí. Yo andaba y andaba y lo único que hacía Álex era seguirme a todos lados. Obviamente me cansé de estar deambulando por ahí y sin llegar a ninguna conclusión útil. Lo único que tenía en claro es que me dolían mucho los pies, la cabeza me daba vueltas y diferentes sentimientos estaban colisionando en mi interior, lo que me provocaba más malestar aún.

—Besaste a la novia de un amigo y eso es de capullo. —¿y por qué se pone de parte de James cuando él había estado besando a Ana en su ausencia? Ojalá y pasase como en las películas, teniendo a un amigo que te entienda y te valore. Pero no. Él siempre tenía que hacerme sentir peor de lo que ya me sentía.

—¿No has llegado a pensar que la besé porque siento algo hacia ella? —interrogué retóricamente. —¡Porque es exactamente lo que te acabo de decir! —prorrumpí alzando mis brazos.

—Pero si la chica que te gusta tiene novio y además es tu amigo, esa chica pasa inmediatamente a estar prohibida. —explicó tomando asiento a mi lado. —Colegas antes que nenas, lo sabes.

—¿Y por qué crees que no la he besado más veces? —removí mi pelo. Empezaba a cansarme de estos sentimientos y pensamientos extraños y contradictorios. —Ese día surgió, no pude controlarlo.

—Esto deberías mencionárselo a James. —aconsejó. Definitivamente mi amigo había alcanzado la locura.

—¿Para qué me mate? Estarás de coña. —lo miré expectante. Y sí, no estaba bromeando, por lo tanto queda confirmada mi teoría de que estaba loco. —No puedo decirle que la besé, estaría cavando mi propia tumba.

—Tendréis que hablar las cosas tarde más o menos.

—Das asco como amigo y consejero.

Era cierto que Álex y yo no teníamos una gran relación de amistad, pero era la única persona con la cual podía hablar del tema. James era como mi mejor amigo y haber besado a su novia no es que fuese un comportamiento honorable, pero fue algo que me salió sin ni si quiera poder parar a mis instintos antes. Me sentía mal por haberla besado, pero también tendría que entenderme a mí y es que qué te gusta la novia de tu mejor amigo no es una bendición. Lo estoy pasando bastante mal con este tema. No es algo que yo haya podido elegir previamente, simplemente sucedió. Ni si quiera soy consciente de cuándo pasó.

—Solo te soy sincero. —puso sus manos tras su cuello y se irguió. —Mira, entiendo tu postura. Sé que haberte pillado por la novia de tu amigo no es una sensación grata y reconfortante y si estuviese en tus zapatos estaría en una buena encrucijada porque sé lo que es sentir algo tan intenso por una persona; pero primeramente deberías hablar las cosas con James.

—Sé lo que tengo que hacer. —lo sabía desde el primer día aunque me negase en redondo a querer cumplirlo.

—¿Has considerado bien los pros y los contras? —asentí a regañadientes. —¿Y entonces qué vas a hacer?

—¿Debería decírtelo a ti que me has llamado capullo? —interrogué burlescamente intentando quitarle un poco de hierro al asunto.

—No es culpa mía que lo seas. —respondió de forma jocosa.

Álex daba uno consejos de mierda, solo sabía insultarte, pero era mejor hablar con él que con una ardilla. De todas formas, no podía estar evitando lo inevitable y sabía diferenciar lo que estaba bien y lo que estaba mal. Sé que tengo mucho que perder con esta decisión, más de lo que muchos puedan imaginar, pero tengo que ser fiel a mis principios y a mi moralidad. Cuando una persona te apoya, está ahí siempre y te es leal, no puedes decepcionarla ni permitir perderla, porque nunca podrás encontrar a otra persona que se le asemeje. Sabía que eso era así y que, por mucho que intentase auto-engañarme, lo que había hecho estaba mal (aunque tenían que entender mi punto de vista también).

—Dime, ¿qué harás? —preguntó Álex poniendo su mano sobre mi hombro. Suspiré y recargué mi cabeza sobre mis manos que estaban apoyadas en mis rodillas.

—Observarla desde lejos. —espeté fríamente.

—Personalmente pienso que es lo mejor pero ¿por qué no lo hablas con ella?

—Porque solamente complicaría las cosas, es preferible que me aleje. Me conformo con verla sonreír con James y ver una simple foto para recordar cuál era su risa cuando estábamos juntos a tenerla en mi vida habiendo perdido a un amigo y sintiéndome culpable para el resto de mi vida.

Querer a una persona conlleva esto. Conlleva sacrificios. Conlleva sufrimiento. Conlleva mirar el bienestar de la otra persona. En mi caso, mi corazón estaba dividido entre mi mejor amigo y la chica de mis sueños y fuese la decisión que tomase, sería igual de dura. Creo que haber decidido dejar ir a Anastasia es la acertada, no podía perder a un amigo por un egoísmo. A veces, no nos damos cuenta de ello, pero tener a un amigo verdadero es como tener a un hermano, se convierte en parte de tu familia y a la familia no se le falla jamás.

James y yo hemos vivido muchas cosas juntos y no merece la pena echar a perder esos momentos y esta amistad por una chica, aunque ésta sea la más increíble e inigualable que haya conocido. Me dolerá, pero lo soportaré. Soy feliz con el simple hecho de haberla conocido y haber podido apreciar cada virtud y defecto suyo.

Lo único que espero es que James la haga feliz como yo lo hubiese hecho. Y sé que lo hará.

Hay cosas que por mucho que quieras, tienes que dejarlo ir. Por el bien de ambos.


YA SOLO QUEDA UN CAPÍTULO PARA EL FINAL. ESPERO QUE OS GUSTE, ESTOY INTENTANDO HACERLO LO MÁS ÉPICO DEL MUNDO.

AYER NO PUDE SUBIR CAPÍTULO POR PROBLEMAS DE INTERNET, PERO EL PRÓXIMO CAPÍTULO LO TENDRÉIS EL VIERNES DE ESTA SEMANA SIN FALTA.

BESOS, GRACIAS Y SE OS QUIERE. <333

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Creo que me he enamorado... (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora