One-shots "HetaliaxLectora" (Pedidos cerrados)

Suiza X Lectora

One-shot pedido por Emilyxter

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Vash se encontraba paseando junto con su hermana Lili a través de las calles de Verna, hacía un día nublado y todo indicaba que pronto empezaría a llover, por lo cual ambos se apresuraron para hacer las compras y volver, pero mientras regresaron vieron como un hombre se ponía a gritarle a una chica de no más de dieciocho años mientras un chico de quince apretaba los puños mirando impotente hacia el suelo, en el cual había lo que parecía ser unas prendas de ropa hechas jirones. Al final el hombre se fue dejando a los chicos juntos.

-Lo siento... One-chan, todo es culpa mía.

-No te preocupes, -la de cabellos (c/p) le revolvió el pelo a su hermano menor y empezó a recoger los restos de su ropa en el suelo- nos las arreglaremos –intentó sonreír, pero solo pudo esbozar una mueca que estaba más cerca del llanto.

Después de todo había sido ella la que había pedido con tanto ímpetu que les dejasen irse del orfanato, pero ahora no tenían a donde ir, había perdido su trabajo un par de semanas antes, por haber tenido que cuidar de su hermano, pero no le culpaba por ello. Ese era el motivo de que no pudiese pagar el alquiler.

La chica se levantó del suelo y empezó a caminar por la calle, siendo seguida por su hermano.

-Vash... tenemos que ayudarles, si no hacemos algo morirán de hambre y frío...

El suizo se acercó a ambos hermanos y miró a la mayor a los ojos.

-¿Qué necesitas?

-Me gustaría ofreceros alojamiento a tu hermano y a ti.

-Lo siento, pero no tenemos dinero, vámonos One-chan.

El menor entrelazó su mano con la de su hermana y ambos empezaron a caminar con un paso apresurado obligando a los otros a volver a casa.

Timeskip unos cuantos días después...

Dos jóvenes se encontraban caminando por las calles, ambos se encontraban hambrientos, pero aun así la mayor no dejaba de sonreír, aun así en su interior la chica era consciente de que si no encontraba trabajo pronto su hermano y ella morirían de hambre.

La verdad es que la de ojos (c/o) llevaba un par de días buscando algo en lo que trabajar, pero el no tener estudios le perjudicaba gravemente.

-(t/n)...

-¿Qué pasa?

-Estabas perdida en tus pensamientos, ¿no es así?

-Voy a aceptar ese trabajo que vimos ayer.

-Pero... ¿ser sirvienta? ¿estás segura?

-Tendremos un sitio en el que dormir y por lo menos podremos comer, solo será temporal, hasta que encuentre algo mejor.

La chica sonrió intentando infundirle seguridad a su hermano, y aunque a este no le hacía mucha gracia era consciente de que esa era su única oportunidad, necesitaban el dinero.

Ambos jóvenes se dirigieron a la dirección que habían visto el día anterior, pero se asombraron al comprobar que se encontraban delante de una mansión, aun así llamaron al timbre a la espera de que alguien viniese a abrir. Lo que no se esperaban es que quien abriese la puerta fuese el chico que se encontraran varios días atrás.

-¿Venís por el trabajo?

-Sí, la verdad es que sentimos lo que pasó el otro día, pero no estábamos en un buen momento –la de cabellos (c/p) se inclinó ante el suizo en señal de respeto- pero nos gustaría que nos diese una oportunidad.

-No hace falta que seas tan formal, en realidad me incomoda, pasad.

La mayor le sonrió a su hermano y ambos caminaron hacia el interior de la mansión, siguiendo al rubio al interior de la casa.

-Nii-san, ¿vienen a la entrevista?

La chica del otro día bajó las escaleras y nos observó con una expresión de sorpresa, pero pronto se recuperó y nos sonrió.

-¿Venís por el anuncio?

(T/n) asintió lentamente mientras que la chica corrió hacia ellos abrazando a la mayor.

-Venga, os enseñaré vuestra habitación.

La chica tiró eufóricamente de nuestras manos, arrastrándonos,

-Lili, aun no esta decidido que vayan a quedarse.

-Pero, Nii-san, se ven muy capacitados, seguro que lo hacen bien, de todas maneras, son los primeros que se pasan por aquí y no parecen malas personas.

Los ojos (c/o) de (t/n) se cruzaron con los verdes de Vash, y esta sin saber el motivo apartó la mirada algo sonrojada.

-... -el suizo parecía estar teniendo una conversación consigo mismo, hasta que finalmente dirigió la vista a su hermana- está bien, muéstrales su habitación.

La menor sonrió y empezó a guiar a los dos hermanos por la casa.

-En realidad sois las primeras personas que viven aquí a parte de nosotros.

-¿Vivís solos en esta casa tan grande?

-A mi hermano no le gusta mucho la gente, le cuesta confiar en las personas.

El chico asintió comprendiendo lo que ella quería decir, a él nunca le había agradado la gente, en cambio su hermana solía hacer amigos rápidamente, cosa que le sorprendía.

-Bueno, esta es vuestra habitación, acomodaos.

Ambos hermanos hicieron caso y empezaron a colocar sus escasas pertenencias, pues no sabían por cuanto tiempo se quedarían en ese lugar.

Timeskip varios meses después...

(T/n) se encontraba cuidando de las plantas sin ser consciente de la mirada penetrante de Vash. Este se encontraba algo sonrojado, pues desde hacia unas semanas era consciente de los sentimientos que había desarrollado por la chica de cabellos (c/o), aun así esta no parecía haberse percatado de ello.

La chica cuidaba las flores con sumo cuidado y no paraba de sonreír cosa que hacía que al suizo se le acelerase el corazón, y era por ello por lo que siempre estaba allí a esa hora, para poder observar las delicadas manos que trataban los pétalos con delicadeza, en realidad este estaba celoso de ellos, tal vez pudiese parecer algo tonto, pero quería ser el único con derecho de acariciar esas manos.

Por desgracia para ambos la paz del lugar se vio interrumpida.

-Ola~ la, no sabía que tuvieses una belleza así en tu casa, Vash.

-¿Qué haces aquí, Francis? -el de ojos verdes no se encontraba nada feliz de que el francés estuviese allí.

-Solo vine a visitar a mi amigo, –el francés se acercó peligrosamente a la chica- aunque si supiese que ella estaba aquí hubiese venido antes, ¿Cuál es su nombre, señorita?

-No te hace falta saberlo –el suizo sacó su pistola y apuntó al francés en la cabeza- solo lárgate.

El francés era consciente de que debía tomarse en serio las amenazas del otro, por lo que se fue tan rápido como había llegado.

El suizo guardó el arma y se acercó a (t/n) y sin darle tiempo a decir nada la besó con una mezcla de dulzura y desesperación, transmitiendo sus sentimientos.

-Recuérdalo, (t/n), eres solo mía.