Capítulo IV

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No sé qué pasó realmente. Sí, Taemin me cerró la puerta en la cara y yo sigo de pie aquí mirando la madera y el número de su departamento en tonos metálicos de oro. Suspiré, el mensaje estaba claro; Taemin no me iba a ayudar y bueno, no había mucho por hacer.

Me volteé y emprendí camino de regreso al ascensor.

- Part time – me hablaron de pronto y me di vuelta otra vez.

Ahí estaba él, de pie frente a su puerta, con su pijama y una sudadera de algodón cubriéndole. Todavía tenía cara adormilada y sus mejillas con un tono carmín muy lindo.

- ¿Cómo dices?

- Puedo ayudarle en horario part time, no puedo descuidar mi trabajo en la clínica

- T-tú, tú, tú...

- Sí - rio bajando la mirada – Le voy a ayudar Señor Choi

- Oh, t-tú, e-es que, bu-bueno, yo - ¡¿Qué me pasaba?! ¡¿A dónde se me fue la cordura?! El chico habla y aquí estoy yo, tartamudeando como idiota.

- Iré mañana a ver lo de mi contrato porque, ¿Me hará uno verdad?

- ¿Eh...?

- Un contrato, firmado con mis horarios y mi remuneración porque esto es un trabajo para mí

- ¡Sí! – grité en un chillido que me obligó a carraspear y retomar la compostura cuando MinGuk se quejó entre sueños – digo, sí, un contrato, puedo hacerlo, claro, sí, un contrato

- Ha dicho contrato muchas veces...

- Lo sé – admití como imbécil mientras él se reía de mí y sonrojaba – E-es que, no pensé que harías esto por mí

- Por Mingukie, yo, lo hago por él

Allá va de nuevo, esa especie de barrera que Taemin se encargaba de poner entre ambos. No es como que me importe pero, ¿Por qué jodidos me molestaba tanto? Primero era todo idiota, santurrón y ahora parecía alegrarse de verme necesitado y casi rogándole por ayuda aunque, si me hubiera obligado a hacerlo (arrodillado incluso), lo hubiera hecho por sí, verdaderamente estoy desesperado y totalmente desorientado con lo que debo hacer de ahora en adelante.

Taemin se me acercó.

- Mañana, a las nueve iré a su departamento, es mi día libre y podemos coordinar todo

- Sí, mañana, a las nueve me parece, perfecto...

- Bien – me sonrió, bajando la mirada y moviendo sus dedos, ¿Estaba nervioso? – Taemin, yo, lo del otro día

- Olvídelo, ya fue y sus disculpas fueron las correspondientes

- No quise

- Lo sé – me interrumpió de nuevo.

- ¿No tendrás problemas, con él...?

- ¿Con quién...?

- Con el chico de esa vez, tu novio...

Y allá va otra vez sus mejillas colorándose y mi pene removiéndose en mis pantalones.

- Él, ya no... o sea, nosotros – titubeó – quedamos como amigos

- E-entiendo, lo lamento

- ¿En serio?

- Es lo correcto por decir, ¿Cierto?

[ La Herencia ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora