Capítulo I

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Si hasta entonces creía en la buena suerte, o lo que fuera que aquello significaba, a partir de este momento en adelante, ya no creería más en mierdas patéticas. La suerte, en este caso la buena, no existía. Para él, solo existían los hechos concretos, fundamentados en argumentos o situaciones tangibles y reales, todo lo que estuviese fuera de aquellos parámetros, era cuestionable.

Simple como eso. El cielo era azul, las nubes eran blancas, el sol amarillo, la nieve era fría y el café le gustaba cargado y muy caliente. JongHyun no era el tipo de persona que dudaba de sí mismo, ni de lo que deseaba alcanzar en su vida; había querido tener como novia a la chica más linda de la secundaria y así fue. Quiso hacer una carrera en el Servicio Militar y lo hizo, deseó ingresar a los Marines de Estados Unidos y lo logró. Para él, nadie era capaz de lograr algo si no se trabajaba para alcanzarlo.

Desde que tenía consciencia, su vida había sido una constante de esfuerzo para probarle a sus fallecidos padres, que él sí era capaz de lograr cosas. Metas, mejor dicho. El problema fue que ni sus padres fueron capaces de ver sus mayores éxitos al fallecer ambos en un accidente de tránsito mientras estaba de servicio en Siria, hace unos años atrás. Sus padres habían muerto dejándole un cerro de insospechadas deudas a su haber y desde entonces, todo lo que había trabajado para hacerse de sí mismo un 'alguien', se desvaneció a su alrededor.

JongHyun sabía, era consciente de que si había algo en lo que era bueno, era en ser militar, había nacido para eso, sus instructores se lo había dicho durante su Servicio Militar obligatorio, así como a lo largo de su carrera profesional en la milicia y su instrucción en los Marines de Estados Unidos. No se trataba solamente de saber manipular un arma, sino de ser un solo ente con el arma; era moverse invisiblemente como un solo ser, usando la táctica y la técnica aprendidas durante años, con un solo fin: proteger a los más indefensos.

Por eso que ahora mismo su situación era tan lamentable. ¿Qué era lo peor que ser un ex militar? Lo peor, era ser un ex militar dado de baja por problemas de control de ira. Pero incluso algo peor que eso, era tener que estar trabajando como chofer y guardia personal de un niño mimado; un adinerado y mal educado niño mimado.

No lo negaba, incluso con su perfecto currículum militar arruinado, JongHyun había tenido suerte. Había conocido al padre del chico durante su estancia en el cuerpo de paz en Siria, mientras combatían con la guerra civil del país; él era suboficial y su ahora jefe, era teniente general de la brigada. Allá habían compartido meses en una misión que era difícil de sostener con cada día que pasaba. JongHyun jamás había vivido algo peor como su experiencia ahí. Él sabía, que todo lo que había visto y vivido en ese sitio, había alterado algo en él.

Poco a poco su persona interna se fue transformando en algo que él no conocía. El deseo inicial de haber aceptado ir a Siria para devolverle la paz al país y a su gente, fue alterándose hasta convertirse en solo una excusa para percutir su arma simplemente, porque podía hacerlo. Con la inestabilidad social y política del país, los militares de los diferentes cuerpos de paz del mundo que tenían base en dicho país, tenían el control absoluto y nadie les cuestionaba lo que hacían o cómo lo hacían. Su pasión por querer salvar a quienes le necesitaban, se fue transformando hasta el borde de una obsesión que ponía en riesgo a sus compañeros de equipo y a las personas que le rodeaban. JongHyun comenzó a ser un peligro tanto para él mismo como para quienes trabajaban con él o compartían su día a día.

Por consejo del teniente Kim, JongHyun había asistido a charlas con una psicóloga que les acompañaba en el campamento. Los conflictos bélicos y su pasión, comenzaron a desarrollar en él rasgos violentos que antes no tenía. Si algo no le resultaba como planeaba, su estado anímico se derrumbaba, JongHyun asimilaba la frustración con la ira y todo su entorno sufría las consecuencias de aquello. El resultado de aquello, fue un arsenal de pastillas que debía tomar cada día sin excepción.

[ El Príncipe ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora