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~4 años después~

Ahora mismo me encontraba yendo a Hogsmeade. Iba con Hermione, Harry y Ron, que nos habíamos hecho muy amigos. También era muy amiga de Neville.
¿Draco? He pasado de él durante estos 4 años. Cuando nos cruzábamos nos intercambiábamos las miradas, y debo admitir algo: cada vez está mejor con el paso de los años. Pero eso no significaba nada. Muchos chicos aquí eran bastante guapos. Lo eran Harry, Ron y Neville, pero no había absolutamente nada. Sólo amistad.
En clases no dejaba de mirarme, eso sí, pero serio, muy serio. De vez en cuando cruzábamos nuestra mirada pero yo la bajaba rápidamente. Lo peor era cuando teníamos que hacer trabajos en grupo en clase de Transformaciones: si nos mandaban transformar por ejemplo un animal en un cáliz de agua, siempre tenía que hacerlo yo porque él lo transformaba en algo diferente a lo que había que hacer. Aún no sé porque mezclan a Slytherin con Gryffindor en los grupos.

Mis clases íban bastante bien. Era buena estudiante aunque no tanto como Hermione, claro. Esa chica parecía como si hablaras con todos los libros de magia que te puedas encontrar pero en persona. Era absolutamente increíble la capacidad que tenía para aprenderse las cosas, y me siento orgullosa de que sea mi mejor amiga.

- No quiero ir al examen de Defensa Contra las Artes Oscuras. ¡No he estudiado nada! - Se quejó Ron. Hermione puso los ojos en blanco y abrió la boca para hablar.

- Siempre te pasa lo mismo Ron.

- Hermione, tú que eres muy buena maga. - Sonreí sabiendo lo que quería decir. - ¿Sabes algún truco para aprobar el examen? - Hermione se frenó y le miró sorprendida.

- ¡No! ¡Claro que no! - Volvió a andar. - Es increíble las cosas que se te ocurren.

- Al menos en eso sacaría un diez. - Añadí yo con una risita provocando la de Harry también.

- ¡Ya sé! - Solté de nuevo una risita. - ¿Me dejas copiarte? - Y juntó sus manos en forma de súplica.

- Ron, ni lo sueñes. Haber estudiado. - Ron miró el suelo decaído hasta que me miró y se acerco, pasando un brazo por mis hombros.

- Que bonito día hace hoy, ¿verdad Claire? - Mientras ponía los ojos en blanco con una sonrisa, quité su brazo de mis hombros.

- No. - Dije mientras me reía.

- Vamos, por favor. Tú has estudiado y te lo sabes. Déjame copiarte aunque sea solo en este. - Negué con la cabeza.
- El profesor Snape nos mandaría a las mazmorras en menos de 5 minutos.

- Al menos veríamos lo que hacen los de Slytherin. - Me puse seria al recordar a Draco.

- Sí. - Fue lo único que dije.

Llegamos por fin a Hogsmeade (y a Ron se le veía preocupado). Era precioso aquello. Lo primero que hicimos fue entrar en Sortilegios Weasley, tenía ganas de saber como era aquello.

- Genial, mis hermanos me harán descuento. Seguro. - Habló Ron. Le miré con una pequeña sonrisa y entramos finalmente. Cada uno estuvo a lo suyo. Yo caminé por todo el establecimiento viendo las cosas que vendían Fred y George.

- ¡Ey! ¡Pero mira a quien tenemos aquí! - Dijo Fred apareciendo de repente a mi lado y dándome un susto.

- Veo que estás mirando mucho los surtidos saltaclases. - Y George me dió otro susto al aparecer al otro lado.

- Tenemos varios. - Añadió Fred.

- Bombones desmayo.

- Pastillas vomitivas.

- Turrón sangranarices.

- Y caramelos de la fiebre.

- Si quieres saltarte alguna clase, no dudes en comprar un surtido y... ¡Boom! - Dijo George.

- Te pondrás enfermo al instante. - Añadió Fred y me reí.

- No, gracias chicos. - Miré a Ron que se reía con Harry en el otro lado de la tienda. - Aunque pensándolo mejor... - Me quedé pensativa. - ¿Cuánto cuestan las pastillas vomitivas?

- 1 galeón cada unidad. - Dijo Fred.

- Perfecto. Dame 5 unidades. - Sonreí. Los dos hermanos Weasley me dieron una pequeña bolsita donde metieron 5 pastillas vomitivas. Saqué 5 galeones de mi bolsillo y se lo entregué a George.

- ¡Muchas gracias Claire! - Dijeron al unísono.

- Diviértete viendo como vomitan tus amigos. - Fred me guiñó un ojo y los dos desaparecieron al mismo tiempo tras dar un chasquido con los dedos.

Después de guardar la bolsita en el bolsillo de mi abrigo para que nadie lo viera, caminé hacia donde estaba Hermione.

- Hola. - La saludé y ella me devolvió el saludo.

- Mira, son filtros de amor. - Miré a Hermione como cogía un bote muy pequeño lleno de un líquido rosa. La miré con las cejas levantadas.

- ¿Quién es el chico? - Ella me miró sorprendida.

- ¡Oh, no no! - Rió y yo enarqué una ceja con una sonrisa. - No es nadie. Solo... los observaba. - Soltó una risita y se fue a mirar otras cosas. Me reí al ver su cara roja como un tomate.

Cuando alcé mi mirada, pude ver a Draco Malfoy mirándome desde la otra punta de la tienda. Sus amigos estaban junto a él pero reían entre ellos. Seria, volví la vista a los filtros de amor y después, con las manos en los bolsillos, me dí media vuelta para ir con Ron, Harry y Hermione.

Salimos de la tienda y fuímos a Las tres Escobas. Allí tomaríamos una cerveza de mantequilla.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora